lunes, 3 de septiembre de 2012
Muere al Yo, Ríndete/Entrégate a Cristo - Paul Washer
Título en inglés: “Die to Self, Surrender to Christ” (22:04 min, puesto por illbehonest)
http://www.youtube.com/watch?v=UnKgXCuy7tM
Aquí está con subtiutlado oculto [En el botón "Captions", abajo a la derecha, elegir la opción "Spanish"]
Y tb está subtitulado acá:
https://www.youtube.com/watch?v=sv1uUPS41IU
Así que Pablo dice: “... hermanos, os ruego”. ¡Oigan, él es un apóstol!
O sea, ¡uno de los doce grandes!. ¡No se puede ser más grande que esto!
Y él dice: ‘Hermanos, hermanos ... escúchenme’.
Así que, aquí vemos que él dice: “Por consiguiente, hermanos, os ruego por las misericordias de Dios que presentéis vuestros cuerpos como sacrificio vivo y santo”.
Pablo le va a decir a esta gente que renuncie a su vida. Necesita algo de motivación.
Si yo le fuera a decir a alguien: ‘Mira, necesitas renunciar a tu vida’, probablemente me preguntaría: ‘¿Por qué?’
Y Pablo dice aquí: “por las misericordias de Dios”. Debido a las misericordias de Dios,
que te ha demostrado a través de Cristo Jesús, renuncia a tu vida.
Ustedes dicen: ‘¿Pero cuáles son esas misericordias?’ Primero que todo, es plural: las polifacéticas misericordias de Dios. O sea, no importa cómo lo mires, siempre vas a dar con /[encontrar] una faceta más grande y mejor.
Miras a las misericordias desde un lado y piensas que puede ser unidimensional, como la mayoría de las cosas en nuestra vida, pero vas detrás de /[tratas de alcanzar] eso, y descubres algo completamente nuevo. Y luego vas a un lado u otro, o vas abajo y levantas la vista, vas arriba y miras hacia abajo, y tratas de captar, de comprender la belleza de esta misericordia que te ha sido dada y dices: “¡Qué misericordia!”.
Vas a los primeros once capítulos de este libro de Romanos y descubres qué misericordia.
El hecho de que todos estábamos perdidos y merecíamos condenación. El hecho de que no podíamos salvarnos a nosotros mismos por nuestras propias obras y ni siquiera lo queríamos.
El hecho de que Dios envió a Su precioso Santo Hijo Unigénito a morir en un madero llevando nuestro pecado, y condenado bajo la sentencia que era nuestra.
Y cuando Él murió, pagó el precio. Y después de pagar el precio se levantó de entre los muertos, y cuarenta días después fue exaltado en los cielos, y se sentó a la diestra de la Majestad en las Alturas, y se sentó ahí como el Hombre de Dios por ti. [Aquél que Dios envió para llevar a cabo la Redención].
Y vive por siempre para interceder en tu favor.
Ahora bien, ¿necesitas más motivación? Porque si es así, estás perdido.
Si necesitas que te diga que si sirves a Dios tendrás un Mercedes [Benz], estás perdido.
Si necesitas que te diga que si sirves a Dios Él va a sanar tu cuerpo y a solucionar cada uno de tus problemas -si necesitas eso- estás perdido.
Si Jesús no es suficiente para motivarte a una vida consagrada, no conoces a Jesús.
Así que, hagámoslo simple /no lo compliquemos: Cristo, y solo Cristo; nadie más.
No necesito de nada más. Es todo lo que mi alma necesita/requiere.
Quiero que mis hijos pongan su vida a disposición de Dios: ‘Aquí estoy, Señor; háblale a tu siervo. ¿Qué es lo que quieres de mí?’. Eso es todo.
Eso es todo lo que verdaderamente importa. Y, de hecho, mi querido amigo, cuando estés en tu lecho de muerte -y estarás ahí- … cuando estés en tu lecho de muerte, lo único que va a estar cruzando por tu mente es: ¿Pusiste tu vida a Su disposición?
Voy a decirte algo ahora mismo: Si me fuera a Etiopía, y estableciera 500 iglesias en tres años,
pero Dios me dijo que fuera portero en una pequeña ciudad del medio oeste, sería desobediente plantando todas esas iglesias.
¡No se trata de hacer grandes cosas, sino de obedecer a Dios! ¡Es poner tu vida a Su disposición, eso es todo! ¿Acaso no es simple?
Un tipo entró a mi oficina una vez y dijo: “¿Sabes?, la vida cristiana es muy, muy complicada.” Dije: “No. No lo es.” Él dijo: “Sí, (lo) es”. Y dije: “No, no es”. Él dijo: “Sí, (lo) es”. Y dije: “No, no es” … Y yo gané, porque era el pastor [risas]. … También pude gritarle.
Dije: “No. No es complicada”. Él dijo: “¡Pero hay tantas decisiones!”. Dije: “No, no hay.”
Dije: “Dios ya hizo todas las decisiones, hijo.”
“Claro, tienes el mismo problema que tengo yo: Vas a obedecer o no. Vas a poner /entregar tu vida o no.”
Y quiero que entiendan, volvamos a esa palabra “hermanos”. Cuando les estoy predicando esto -como dice mi predicador en mi pueblo/ciudad- mi pastor dice: “tengo un dedo apuntando hacia ustedes y tres dedos apuntándome a mí”. Esto es tanto para mí, como lo es para ustedes hoy.
Todos luchamos con esto. Ustedes siempre dicen: “Tenemos tantas luchas y tantas cosas”.
¡No, sólo tienen una lucha, y es la misma que tengo yo!: ¿Vas a poner tu vida a disposición de Dios? Eso es lo único. Verdaderamente, es lo único que importa. Y se los garantizo: yo lucho con eso tanto como ustedes.
¿Van a poner su vida a disposición de Dios?
¡Primero Cristo!: ‘Señor, ¿qué quieres que haga hoy? ¿Qué quieres que vea? ¿Qué quieres que diga? ¿Qué quieres que escuche? ¿Cómo quieres que ocupe lo que me has dado? ¿Cómo quieres que haga todo lo que Tú quieres que haga? ¿Cómo lo quieres, Señor? Aquí estoy, Señor. Esto se remonta, de nuevo, a estar a Su disposición.
Recuerdo que una vez, en el Seminario, decidí: ‘Voy a vivir un día completamente a disposición de Dios’. Bueno, eso era muy ambicioso. No lo logré, pero noté algunas diferencias.
Recuerdo … ustedes saben, cuando uno es joven y está en el ministerio, debería estar bajo siete llaves por unos pocos años, porque uno no está muy bien de la cabeza.
Y, justo fuera de la puerta de mi casa: “Bien, Señor. Ahora, ¿qué quieres que haga?”. Es como: “Bueno, Paul, tienes una clase en cinco minutos, así que será mejor que llegues.”
Pero, de camino a través del campus, sencillamente siendo sensible/estando atento. Y sólo me estaba comportando como un bobalicón.
Pero intentando, exactamente con cada paso: “Señor, ¿dónde quieres …?”
Entonces, de repente, ahí a la izquierda, estaba una señora a la que había hablado varias veces. Era una señora mayor, una cocinera del Seminario.
Ella venía saliendo y estaba parada ahí, como triste. Y yo tratando de ser este gigante espiritual. Y la primera vez que sentí como que Dios me decía algo esa mañana fue: “Anda, cuéntale acerca de Mi Hijo”.
¡Y qué creen! ¡Gggggg!
¡Oh, yo estaba dispuesto a pasearme como un zombi luciendo espiritual. Pero cuando sólo tenía que amar a alguien … “Anda, cuéntale acerca de Mí.”
Y recuerdo haber tenido que desmoronarme así, y sencillamente caminar hacia allá. Ese día ella recibió a Cristo.
¡Claro que fue ridículo!, pero Dios honrará a un corazón que hace cualquier tipo de intento para estar a Su disposición.
A veces pienso que nos encanta ‘Day-Timers’, [S.A. fabricante de calendarios, agendas, etc.] porque, de alguna manera, podemos sacar/excluir a Dios de nuestro día.
“Dios, quiero hacer productivo cada minuto para Ti. Cada cinco minutos me voy a quebrantar”; y lo que estamos haciendo es: “Señor, quiero estar tan activo [como sea posible], para que no tengas tiempo para decirme qué hacer.”
A veces pienso que debo luchar demasiado, ¡pero hay una cosa que esta dura cabeza mía no puede llegar a comprender! ... y es el amor de Cristo.
Puedo dar todas las excusas del mundo para no ser obediente, todas las excusas del mundo para no hacer lo que tengo que hacer, y entonces, ¡zas!, viene como un mazazo, ¿qué cosa?: El amor de Cristo.
¡El amor de Cristo! Me tira/hace caer de rodillas. Así que, ponerse a disposición de Dios.
Bien, eso es lo que quiero que vean acerca de la vida de nuestro Señor y Salvador Jesús. Ahora, escuchen esto: Jesús fue pobre, y eso es todo lo que hay. Lo fue. A pesar de lo que los predicadores de la TV les digan, él fue pobre.
No anduvo paseando en un carruaje de rey. Él fue pobre.
Muchas veces se cansó, muchas veces tuvo angustia. Muchas veces tuvo todas las cosas con las que lidiamos tú y yo. Pero éste es el asunto acerca de Jesucristo: Él nunca estuvo vacío.
Él nunca estuvo vacío. ¿Y por qué nunca estuvo vacío? Porque Él tenía para comer una comida que nosotros no conocemos.
Él nunca estuvo vacío, por la misma razón por la que nosotros generalmente lo estamos. Él no estaba vacío, porque estaba en lo que tenía que ver con la voluntad de Su Padre. Él estaba poniendo Su vida a disposición de Su Padre.
¿Estás vacío(a)? ¿Te has sentido vacío(a)? ¿Qué crees? Levantemos una banderita roja. Yo levanto la mía.
“Me siento tan vacío: Me hacen falta unas vacaciones.” “Me siento tan vacío. Necesito escapar del ministerio por un tiempo.”
“Me siento tan vacío: Necesito estar a solas conmigo mismo.” ¡No! “Me siento tan vacío, que necesito ponerme a disposición de Dios y ya no estaré vacío.
Ponerme a disposición de Dios.
Ahora, tengo que dar un paso atrás por un segundo, porque hay algunos de ustedes que siempre están bajo culpa de no estar haciendo lo suficiente para Dios. De modo que cuando digo eso, ustedes salen con: “¡Sí, tengo que volver allá y hacer algo más!” No. Nada de regresar allá y hacer algo más por la iglesia o alguien más.
Dije: “Ponte a disposición de Dios”. Hay una gran diferencia.
Acércate a Dios. Él podría querer que te acerques a Él y descanses. Podría querer que te acerques a Él y repases /examines el libro de Juan .
Podría querer que te acerques a Él y dejes la mitad de tus actividades. De lo que estoy hablando es de que te pongas a Su disposición, no de hacer algo extra.
Un hermoso pasaje de la Escritura, en Efesios 5:2 dice: “y andad en amor, así como también Cristo os amó y se dio a sí mismo por nosotros, ofrenda y sacrificio a Dios, como fragante aroma.”
Simplemente entrégate a Dios. “Bueno, no tengo nada que dar”.
¿Cómo te atreves a hablar acerca de Dios de esa manera?
Dices: “¡Momento /Espere, pastor! No estoy hablando acerca de Dios. Estoy hablando de mí, no tengo nada para dar!”.
Si estás diciendo que no tienes nada para dar, estás diciendo que Dios no te ha dado nada, y yo no creo eso. Dios le da a cada uno de Sus hijos dones y gracias.
Nada de esta cosa de falsa humildad. Es mejor decir: “Lo que Él me ha dado, se Lo devolveré.
Nunca digas: “No tengo nada que dar”. Nunca. Nunca.
La falsa humildad es una gran destructora de muchas cosas. “Tu problema es que no estás en Mí. Tu problema es que no estás morando [en Mí] y poniendo tu vida a disposición Mía.”
Cuando hagas eso, Paul, te daré más gozo que ninguna otra cosa.”
Y eso es algo que todos ustedes necesitan comprender, que todos necesitamos comprender: No se trata de donde estamos, sino de Quién es Él y de nuestra relación con Él.
Eso es algo muy, muy importante. Quiero que sepan, la mayoría de ustedes están esforzándose por ser felices, y eso no necesariamente es malo. Es sólo que lo están haciendo de la manera completamente equivocada.
Han sido muy pocas las veces en que he muerto al yo.
Pero las veces en que he muerto al yo y he entregado mi vida como sacrificio -que me he puesto a Su disposición- he sido el hombre más feliz sobre la faz de la tierra. Aún cuando pudo haberme costado enormemente, había tal paz, tal intenso gozo.
Y, todas las veces -y ha habido muchas- en que he puesto a Paul Washer antes de otra persona, lo que en realidad ha significado poner a Paul Washer antes que a Jesucristo el Señor,
he sido el ser humano más miserable sobre la faz de la tierra. ¿Puede alguien identificarse con lo que estoy diciendo?
Bueno, entonces, ¡paren/basta! A veces, queremos superar todas estas cosas con la teología. Teológicamente, ¿por qué hago esto y por qué hago eso?. ¡Ya paren/basta!
Tengo un amigo en Perú. Un día él entró y le dijo a su mamá: “Mamá, cuando hago así con mi brazo, me duele el brazo.”
Ella le dijo: “Bueno, deja de hacer eso con tu brazo y no te dolerá más.”
¡Es lo mismo!
Aquellos de ustedes que son cristianos verdaderos saben las veces en que se han rendido a Cristo, reconocen las veces en que han puesto a Cristo ante todo, cuando le han ofrecido su vida a Él como sacrificio, ¡y saben del gozo que hay en eso, y también conocen la miseria de hacer lo opuesto!
La cuestión es: ¡Muere! Sé que esto no es muy ”amigable al/con el buscador” [seeker-friendly, acercamiento a la evangelización a través de técnicas de mercadeo, al estilo del Movimiento del ‘Evangelio de la Prosperidad’] y estoy contento de eso. ¡Muere a ti mismo!
¿Quieres arreglar tu matrimonio? Muere a ti mismo y ofrécete a ti mismo a Dios.
¡Quieres un arreglo para todo!, pero lo que no puedes arreglar es: Muere a ti mismo.
“Porque el que quiera salvar su vida, la perderá;” [Mt 16:25] “En verdad, en verdad os digo que si el grano de trigo no cae en tierra y muere, queda él solo; pero si muere, produce mucho fruto.” [Jn 12:24]
Todo tiene que ver con poner a Jesucristo primero, y segundo, y tercero, y cuarto y quinto … Lo que estoy diciendo es: No pongas a Jesús primero, Jesús es todo.
Él no sólo es primero en rango, Él es todo. La totalidad, podría decirse.
Él es todo. Entrega tu vida.
Varios años atrás estuve con Charo en Perú. Ella siempre ha sido una persona muy, muy sabia, y … después de enseñar alrededor de 4-5 clases, algunas muchachas rumanas … - fue en Rumania- algunas rumanas se acercaron a ella y dijeron: “No necesitamos oír nada más de lo que tienes para decir.”
Charo dijo: “¿Por qué?”. Una dijo: “Porque estás diciendo lo mismo todas las veces”.
Charo dijo: “Sí. En realidad es así de simple:
Lee la Palabra de Dios. Busca someter tu vida a Él. Ora por poder. Entrega tu vida. Vive para otros, no para tí misma. Muere al yo para que puedas tener vida.”
Para que puedas tener vida. Muere a ti mismo para que puedas tener vida. Todo se reduce a eso. Nunca he lamentado haber renunciado a alguna cosa. He sentido pesar cuando he mantenido /retenido cosas para mí.
De todas las veces en me he sacrificado por otros /De todas las veces en que he actuado abnegadamente, ahora, al mirar hacia atrás, nunca digo: ¡Ojalá no hubiera hecho eso!
Pero he sido egoísta tantas veces y [luego] digo: “¡Ojalá no hubiera hecho eso!”
Es, en realidad, lo que Jesús dijo: Muere … y dale tu vida a Él. Muere. Muere.
¿Deberíamos estar en lo correcto, teológicamente?. Sí, deberíamos.
¿Deberíamos hacer las otras cosas?. Sí, deberíamos.
¿Algo de eso tiene importancia si no hacemos esta primera cosa?. No.
Morir a nosotros mismos, entregar nuestras vidas.
No autopromoción, [sino] autodescenso, para que así Cristo pueda ser promovido. Él debe crecer, yo debo decrecer.
Y, ¡oh!, ¡sí que tenía gozo ese Juan el Bautista!
Esta noche vamos a hablar acerca de ofrecer tu cuerpo. ¿Por qué él dijo “cuerpo”? Por varias razones muy importantes. Él no dijo: “entrega tu corazón”; dijo: “entrega tu cuerpo”. Y vamos a hablar acerca de eso esta noche.
Si estás aquí esta mañana, ¿qué te puedo decir?. ¿Sabes?, seré honesto contigo.
No estoy esperando que escuches este mensaje y seas repentinamente transformado y todo vaya bien por el resto de tu vida.
Estoy más bien esperando que este mensaje sea como una piedra en el zapato [=algo que inquiete/perturbe], y sea siempre este recordatorio para ti:
¿Estás vacío? Entonces, muere.
¿Eres desdichado?, entonces muere al yo y vive para Cristo.
¿Te estás sintiendo entero sucio por dentro? Entonces, ponte a Su disposición. Acércate a Él.
Un constante recordatorio de estas cosas a las que tú y yo somos llamados habitualmente; morir continuamente al yo y darle nuestras vidas a Dios.
Algunos de ustedes, jóvenes, van a malograr/arruinar sus vidas terriblemente, lo van a hacer. Y les diré por qué: Porque van a tomar las riendas/el control y van a correr a rienda suelta. Y si lo hacen, bueno, en unos pocos años estarán en mi oficina.
Van a tomar el manubrio y van a decir: “Yo conduciré mi propio auto/carro”. Y lo van a lamentar todos los días de su vida.
Les imploro que dejen las riendas, que suelten el manubrio y se sometan a la soberanía de Cristo. No a la soberanía de este predicador, porque este predicador … ¿Saben a qué se parece la predicación? A veces no me gusta la manera en que se hace. Y les diré por qué: Porque parece como si yo tuviera un mensaje, y fuera como el copiloto de Dios o algo así, y les estuviera dando el mensaje a ustedes. Cuando en realidad es: El mensaje -si es de Dios- es como si yo lo hablara, corriera hasta allá, me sentara y lo escuchara, igual que ustedes.
Esto no es en la autoridad de algún predicador. Ustedes mismos han leído la Biblia, ¿están de acuerdo con lo que dije acerca de Romanos 12 versículo 1?
No se trata de someterse a un pastor, a una iglesia, o cualquier otra cosa, sino de someterse a Jesucristo y poner tu vida a Su disposición y llegar a ser todo lo que Él desea que seas.
Pero tienes que morir. Tienes que morir.
Si estás aquí y no eres cristiano, y estás diciendo: “¿Qué es toda esta locura?” ¡Eso es exactamente lo que es!
“Ven, pierde tu vida por un hijo de carpintero, por un loco que murió por un sueño, y tendrás la fe que tuvieron Sus primeros seguidores y sentirás el peso de Su haz de luz.”
Es locura, para alguien que no conoce a Dios. Morir al yo en este mundo.
Vivimos en el Imperio Romano, donde todo es acerca de autopromoción y de ser fuerte y poderoso, y de conseguirlo todo, así la gente te aplaudirá.
En el Reino, no. No es acerca de subir la escalera; es acerca de bajar. No es acerca de tener tus pies lavados, es acerca de lavar los pies de otros.
Jesucristo, sabiendo de donde vino, adonde iba -básicamente, sabiendo que era Dios en la carne- se puso una toalla y secó los pies de todos.
Ahora, eso … es autoestima sólida. De eso se trata.
Y es tanto para mí como para ustedes.
Pero si no conoces al Señor, esto es lo que la Biblia quiere que sepas: la Biblia dice algo que es sumamente ofensivo, ¿puedes con eso /puedes soportarlo?
La Biblia dice algo tremendamente ofensivo: Ustedes no son víctima de la sociedad. No son víctima de los problemas de otras personas. Usted caballero, usted señora, tú niño(a), ustedes son el problema. Al igual que yo.
La Biblia dice que ‘todos hemos pecado y estamos destituidos de la gloria de Dios”. No somos ovejas perdidas buscando un pastor; somos rebeldes, odiadores de Dios, intentando escapar de Él con toda nuestra fuerza vital, porque queremos ser señores soberanos de nuestro propio universo.
Y la Biblia dice: ‘si siguen haciendo eso, serán más destruidos aún.’
La Biblia te llama a arrepentirte, a reconocer tu pecado y a aborrecerlo. Y a volver a Dios; un Dios justo, que no podría perdonarte, porque has violado cada ley.
Acepta que Él envió a Su Hijo a pagar por todos los delitos que has cometido. El pago se hizo. La justicia ha sido satisfecha.
¡Cree en el Señor Jesucristo y serás salvo! De eso se trata.
Tus buenas obras son como trapos inmundos; son muertas ante Dios y no son tomadas en cuenta. Son exactamente como las mías.
El único mérito, la única virtud que tenemos es Jesucristo crucificado y resucitado de entre los muertos. Nuestra única esperanza y nuestra única gloria. Nuestra única esperanza.
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