jueves, 19 de mayo de 2011

Una Iglesia Bíblica

www.youtube.com/watch?v=IsR48mXSjds

Título en inglés: "A Biblical Church" (1:28:26 hr, puesto por l’ll Be Honest)

Es un tremendo privilegio para mí y el hermano Leiter estar aquí con ustedes.  Un tremendo privilegio.  Y se me ha dado una especie de... algo así como una tarea insalvable, o difícil: ocupar una hora y predicar todo lo que debería predicarse acerca de una iglesia bíblica.  Y yo pienso que tomaría mucho más de una hora.
Pero vamos a examinar /considerar unas pocas cosas acerca de.... ¿Ah?...  
¡Ah!.  Bien.  Sean cuidadosos con ese tipo de declaraciones.  Pueden lamentarlo.

No obstante, vamos a hablar acerca de iglesia.  Y si están aquí esta noche, probablemente están aquí porque tienen una inquietud, una intranquilidad, acerca de la forma en que están las cosas respecto a la decadencia espiritual en su país, en Europa, así como también en Estados Unidos.  Están buscando algo, buscando algo.  Bien, permítanme compartir con ustedes.  

Hay mucha gente y muchos movimientos que pueden presentarles algo.  Hay todo tipo de cosas ocurriendo acerca de cristianismo, hoy.  Parece como un circo.  Un circo.  Ofreciendo ciertos aspectos de cristianismo.  Cierto poder, cierta alegría, cierta vida.  Tantas cosas, tantos artilugios, tantas promesas: Sanidad; prosperidad; vida como la que deseas; tu mejor vida ahora. Absolutamente todo es presentado ante ustedes.  
Lo que Jesucristo pone ante ustedes es esto: la promesa de vida eterna, y una cruz.
Lo que Jesucristo pone ante ustedes es lo que realmente importa.  Y eso es un carácter conformado a Su imagen.  
Los escritores del Nuevo Testamento -aun cuando hablaron muy frecuentemente acerca de todas las bendiciones que Dios puede derramar sobre un hombre- y el consejo completo de la Escritura nos dice que son muchas las bendiciones de Dios.  Pero para aquellos que han llegado a conocer a Cristo, pienso que ellos han resuelto en su corazón que cada bendición -aparte de la conformidad a Cristo- es una bendición menor.  
Quiero ser como Jesús.  Quiero ser conformado a Su Voluntad.  Y no simplemente en alguna extravagante forma religiosa.  Quiero ser conformado a la imagen de Jesucristo en mi relación personal con Dios el Padre.  Y deseo ser conformado a la imagen de Jesucristo en las relaciones en mi vida, especialmente las más íntimas.

Ahora, saco a relucir esto porque es demasiado importante para mí.  
Varios años atrás estaba predicando en Austin, Texas.  Y después que terminé mi primer sermón, ese Comité de púlpito -un comité en la iglesia que buscaba un nuevo pastor- se me acercó y dijo:
¿Serías nuestro Pastor?
Dije: ¿Qué?
Ellos dijeron: “¿Considerarías ser nuestro Pastor?”
Los miré y dije: ¿Están locos?
Y ellos dijeron: “¿Por qué dices eso?”
Dije: ¡Ustedes no saben si amo o no a mi esposa!
Lo que yo quería hacer ver es:  No saben nada acerca de mí.  
El diablo predica bien.  Pero el verdadero cristianismo se ve en la vida.   La vida escondida de un hombre, de una mujer, y el morir al yo, y el darse uno mismo en el nombre de Cristo a Dios el Padre y el poder del Espíritu Santo.  Y dando esa vida a otros.

Escuchamos mucho hoy acerca de hacer todo para la gloria de Dios y eso es verdad.  Es una declaración verdadera.  Pero me temo que a veces la usamos para olvidar el segundo mandamiento.  El primero es amar al Señor tu Dios con todo tu corazón, alma, mente y fuerza.  Y el segundo es amar a tu prójimo como a ti mismo, en servicio sacrificial gozoso.  

Así que el cristianismo del que estoy hablando esta noche no se trata de algún gigantesco espectáculo de variedades religioso en un coliseo.  No es acerca de que tú tengas tu mejor vida ahora, el auto /coche que deseas, la casa que quieres, o perfecta salud.  
De lo que se trata es de esto:
Conocer a Dios el Padre y conocer a Jesucristo a quien Él ha enviado, y ser conformado a Su imagen.  Qué alegría... ser capaz... sólo piensen en esto: ser capaz de amar como Él ama.  Ser capaz de representarlo a Él.  Simplemente conocerlo a Él.  Eso es cristianismo.

Bien, vamos a hablar un poco sobre iglesia, sobre iglesia.  
La mayoría de nosotros tenemos esta idea eclesiástica, organizativa, de iglesia.  Pensamos en edificios con capiteles arriba de ellos y cruces encima de los capiteles.  Pensamos en hermosos céspedes.  Pensamos en hombres ancianos predicando mensajes muy aburridos.  Pensamos toda clase de cosas cuando pensamos acerca de iglesia.  Pero necesitamos entender lo que verdaderamente es la iglesia.  No es nada de eso.  

La iglesia no es tanto una organización, sino que es un organismo.  Es una entidad viva.  Es una creación de Dios a través de Su Hijo y para Su Hijo.  Es relacional.  
Y quiero que ustedes se queden con esa palabra, por encima de todo en su mente: es relacional.  La iglesia, como toda tu vida personal, es acerca de una relación con Dios y una relación con hermanos y hermanas en Cristo.

¿Se fijan?  Todo es acerca de relaciones.  Todo es sobre eso.  Hay tanto que se hace vestido en atuendo religioso, pero que realmente tiene tan poco significado.  
Dios nos ha llamado a una relación con Él mismo.  
Él ha hecho eso debido a que /puesto que somos individuos.  Él ha hecho eso colectivamente como un cuerpo.  Y Dios nos ha llamado a estar en relación unos con otros, amarnos el uno al otro como hermanos y hermanas en Cristo.
Así que la primera cosa que quiero que vean es que cuando hablamos acerca de iglesia estamos hablando de un organismo, algo orgánico por naturaleza.

Bien.  Hay dos pasajes de la Escritura, y no vamos a pasar mucho tiempo ahí porque vamos a examinar varias cosas esta noche.   Pero, sólo por un momento, quiero que vayan a Jeremías.  Y quiero que vean el origen de la Iglesia.  Su origen divino.  Jeremías capítulo 31, rápidamente.  
Si miran all versículo 31 de Jer 31, Él dice:  »Vienen días —afirma el Señor— en que haré un nuevo pacto con el pueblo de Israel y con la tribu de Judá.   32 No será un pacto como el que hice con sus antepasados el día en que los tomé de la mano y los saqué de Egipto, ya que ellos lo quebrantaron a pesar de que yo era su esposo —afirma el Señor—. “

Ahora, la primera cosa que quiero que entiendan es algo sobre la nación de Israel.  ¿Ustedes creen, honestamente, que todos los que salieron de Egipto liderados por Moisés eran creyentes?.
No, en absoluto.  De hecho, la gran mayoría de ellos eran idólatras. Estaban adorando dioses cabra, dioses demonios, toda clase de cosas incluso en el desierto mientras estaban siendo conducidos por Dios.
Básicamente, estamos viendo a una nación física que fue sacada de Egipto.  Ellos eran del linaje de Abraham, pero la mayoría de ellos no tenía Fe.  Por eso es que murieron en el desierto, ¿De acuerdo?.  De modo que ellos eran, básicamente, una nación carnal haciendo cosas carnales, que tuvieron que ser sometidos por leyes, y autoridades, y esto y lo otro.  Tuvieron que ser sometidos -en un sentido- por el látigo, con el fin de mantenerlos en orden.  ¿Y por qué?  Porque sus corazones no habían sido cambiados.

Ahora quiero que piensen acerca de algo por un momento.  La mayoría de las iglesias, la mayoría de las iglesias, hoy, son de esa manera.  Llenas de un grupo de personas cuyos corazones no han sido cambiados.  Y los pastores pasan una gran cantidad de su tiempo, ¿haciendo qué?,  tratando de motivar, manipular, presionar, empujar, obligar...  Dando toda clase de fiestecitas y toda clase de artilugios, y esto y lo otro y tantas otras cosas, con el fin de mantener junto a un grupo de gente en el nombre de Jesús.
“¡Contemplen el poder del evangelio!”.   No mucho poder del evangelio manifestado ahí, ¿verdad?  
Innumerables personas identificadas en este país, en mi país, con alguna denominación o alguna iglesia- pero sin poder, ningún influjo sobre su vida en lo absoluto, nada.
La iglesia verdadera no es así.  
Las ideas de ustedes de “iglesia” como un edificio, como una estructura eclesiástica organizativa de gente tibia asistiendo y teniendo que ser mantenida junta mediante manipulación y obligación y artilugios.  Esa no es la Iglesia.

Ahora Él nos va a decir cómo es la iglesia.  Miren lo que dice.  
Dice en el versículo 33:  »Éste es el pacto que después de aquel tiempo haré con el pueblo de Israel —afirma el Señor—: Pondré mi ley en su mente, y la escribiré en su corazón.”  
Ahora, deben comprender que Dios no está hablando poéticamente aquí.  
¿Por qué digo esto?  Porque algunas veces oímos tantas cosas hermosas en la Escritura y decimos: ‘¡Ah, eso es bonito /agradable!’, pero no estamos considerando lo que Él está diciendo.  
Él está diciendo que en la iglesia, mediante la venida del Mesías, Él va a crear un nuevo pueblo.  Y ellos no van a ser meramente un grupo de personas que tienen unas placas de piedra a las que miran y desobedecen.  Él va a crear un grupo de gente y Él va a transformar su corazón y va a poner Su Voluntad, Sus leyes, Sus deseos en el corazón de ellos.  ¿Ven eso?  Van a ser transformados.

Y uso la palabra “deseo”.  Sé que puede ser algo peligroso, pero hay una razón para ello.  Cuando digo que Él puso Sus leyes en tu corazón, puedes todavía tener esta idea mecánica de: “Sí, esas leyes están ahí y debo obedecerlas”.   Pero cuando digo “deseos”, Él no está simplemente revelándote Su Voluntad, Él está cambiando tu corazón de modo que Su Voluntad es tu voluntad y tú deseas hacer lo que Él desea.  Es por eso que Juan escribió en su carta que los mandamientos de Dios no son gravosos (agobiantes) para el pueblo de Dios.  Ellos desean estas cosas.  ¿Ven eso?  Eso es lo que La Iglesia es.
Él continúa y dice: “Pondré mi ley dentro de ellos, y la escribiré en su corazón. Yo seré su Dios, y ellos serán mi pueblo.”
A través de todo el Antiguo Testamento hay este anhelo apasionado que vemos en las palabras saliendo de la boca de Dios, en el que está constantemente diciendo: “Espero con ansias el futuro.  Un día ellos serán mi pueblo.  Yo seré su Dios."  "Tendré un pueblo en esta tierra y seré el Dios de esa gente.”  Ese tiempo llegó con la venida de Cristo.   Por medio de Su muerte y resurrección, a través de la obra del Espíritu Santo, Dios Se ha creado un pueblo para Él.

Ahora, ellos no son un pueblo que, simplemente, dieron vuelta la hoja.  No son un pueblo que, simplemente, decidieron que desean vivir un estilo de vida más alto /superior.  No son un pueblo que, simplemente, un día decidieron “vamos a cambiar y a ser mejores”.  No.  Ellos son gente sobre quienes Dios ha actuado en Su propio poder.  Él los ha transformado.
Ahora, ¿son ustedes esa gente?  

¿Saben?, yo todavía -como todos nosotros- lucho con muchas fallas, muchas debilidades. Muchas luchas en la vida cristiana.  
Pero no hay duda.   Mi propio testimonio, la gente a mi alrededor, y la gente que me conoció 25 años atrás... “este tipo ya no es  la misma persona que conocí”.  
Quiero decir, sé que mis deseos cambiaron.  Quiero decir, un día, simplemente de:  “¡Vámonos de juerga!”, “¡Metámonos en una pelea si podemos”!, “¡Vamos a la caza de mujeres!”, “¡Vamos a emborracharnos!”, ¡Hagamos esto!, a, inmediatamente al día siguiente: “No quiero volver a hacer nada de eso nunca más”.  ¿Qué me ha ocurrido? Deseo a Cristo.  Quiero conocerlo.  Quiero complacer a Dios y ser agradable a Dios.
¿Conocen eso como una realidad en su propia vida?  

¿Es la religión de ustedes algo que consiste sólo en tratar de hacer lo correcto, o Cristo los ha transformado, de manera que deseen conocerlo, que deseen hacer Su voluntad, que se deleiten en hacer Su voluntad?  
Quiero decir, ¿qué les ha ocurrido?

El hermano Leister dice bastante a menudo que la mayoría del cristianismo de la gente es básicamente esto: “Están tratando de hacer todas las cosas buenas que odian, con el fin de complacer a Dios.”  
Eso no es cristianismo.  Eso no es cristianismo.  

Cristianismo es cuando “deseo hacer eso”.   Y no estás triste porque miras a la voluntad de Dios y piensas que tienes que hacer eso.  Estás triste cuando miras a la volundad de Dios y te das cuenta de que te has quedado corto.  
La carga no viene por obedecer.  La carga viene cuando vemos que hemos desobedecido.  ¿Por qué?  Somos transformados.  Somos nuevas criaturas.  Somos santos de Dios.  Somos hijos de Dios.  Somos hijos del Dios vivo.  Somos guiados por el Espíritu.  ¿Ven?  

Cuando Él dice “nueva criatura”, cuando dice “lo escribiré en su corazón”, Él no está hablando metafóricamente hasta el punto donde ya no tiene significado.  Él no está hablando poéticamente como si fuera alguna hermosa tontería /bobada.  No.  Cuando una persona es salvada, se convierte en una nueva criatura.  Así es como está conformada /constituida la Iglesía.

Ahora, Él dice esto: “34 Ya no tendrá nadie que enseñar a su prójimo, ni dirá nadie a su hermano: "¡Conoce al Señor!" , porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán”.
Eso no quiere decir que en la iglesia no habrá maestros o pastores, evangelistas y etc.  Sino que lo que Él está diciendo es que aunque el pueblo de Israel, todos ellos vieron estas magníficas manifestaciones de Dios ellos, no las comprendieron.  Quiero decir, ellos pudieron ver a Dios partir las aguas y luego ir a adorar un ídolo cabra.  Pudieron ver fuego bajando del cielo y luego hacer un becerro de oro.  No comprendieron.

Al testificar a personas -y sé que muchos de ustedes han tenido esta misma experiencia- han derramado su corazón a alguien acerca de la gracia de Dios y ellos no lo han comprendido, en absoluto.   En absoluto.
Ahora, ustedes se sitúan ahí y dicen... alguien dice: “Señor, usted se va a ir al cielo cuando muera?”
¡Ah, sí!, me voy a ir al cielo.”
¿Por qué piensa eso?.
“Bueno, soy un buen hombre.  ¡Soy un buen hombre!”.
Y entonces, tú vas a través de las Escrituras durante los siguientes 20 minutos.  Cada Escritura en la Biblia que explique que él es una bestia desdichada bajo la ira de Dios.  Él dice que sí a cada uno de los versículos, y luego cuando tú dices: “Señor, ¿usted se va a ir al cielo?”
“Si”.
¿Por qué?
“¡Soy un buen hombre!”.

Bueno, ¡ahí es donde ustedes deberían estar!  ¿Entienden eso?  Su oscuridad debería ser a ese grado y aún peor.  Pero, ¿qué ha sucedido?  Este pasaje.  Este pasaje.  Él los ha enseñado.  “Ellos serán enseñados por Dios”.  
Él mismo iluminó tu mente y cambió tu corazón.

Tanta gente yendo de acá para allá, especialmente estos evangelistas de la TV.  Pienso que deberíamos poner a la mayoría de ellos en un barco y enviarlos a algún lugar, a una isla donde no haya gente.  Ellos andan diciendo: “La naturaleza sobrenatural del cristianismo y lo sobrenatural esto y lo sobrenatural aquello.” ¿Sobrenatural?  
Hay más del poder sobrenatural de Dios manifestado en la regeneración de un solo corazón que en la creación del universo mismo.  ¡Sobrenatural!   No nos estamos maravillando de lo que es verdaderamente sobrenatural.

Ustedes dicen: “Bueno, hermano Pablo, ¿usted cree que Dios puede sanar gente?
He visto a Dios sanar gente en las montañas, donde no había médicos.  No con mucha frecuencia, pero de acuerdo a Su voluntad, Su plan, Su propósito.  Pero quiero decirles algo.  No me emocionó, en comparación a cuando he visto al Espíritu Santo -literalmente- tomar a un hombre espiritualmente muerto y hacerlo vivir.
¿Ven eso? Ahí está la naturaleza sobrenatural del cristianismo.  Pero, ¡enfóquense en lo que
es verdaderamente sobrenatural e importante!

Ahora, Él continúa y dice esto: “porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán“.
Ahora, ¿todos lo conocerán al grado de Jonathan Edwards, de un Calvino o un Lutero, o alguien así?  No, yo no estoy siquiera en la categoría de ellos.  ¿Entonces qué significa?   Bien, continuemos.  
Dice: “... porque todos, desde el más pequeño hasta el más grande, me conocerán —afirma el Señor—. Yo les perdonaré su iniquidad, y nunca más me acordaré de sus pecados.»
Entrarán en una relación con Él, sabiendo que Él es el único Dios verdadero y tendrán una intensa /profunda conciencia de que por Su mano Él los ha limpiado, los ha libertado de su pecado.  
No estará ahí el saborcillo de la auto justicia.  Ellos no dirán: “Dios y yo lo resolvimos”.   Ellos tendrán una profunda /intensa conciencia de que Dios ha tenido cuidado de su iniquidad, y que lo hizo todo por Sí mismo.

Ahora, otra cosa.  Continuemos.  Saltemos rápidamente al versículo 38 del capítulo 32.  De nuevo:  “38 Ellos serán mi pueblo, y yo seré su Dios.”  Y miren lo que dice:  (v 39)  “Les daré un corazón y un camino”.  
¿Han visto alguna vez estas marchas por Jesús, las “marchas de unidad” que tienen, en las que todas estas diferentes denominaciones van juntas y están tratando de probarle al mundo que hay unidad entre ellos cuando, de hecho, hay muy poquita unidad entre ellos?  Y están todos marchando juntos y cantando cumbayá, “y estamos demostrando al mundo que somos uno.”
Eso no es lo que Jesús quiso decir, ¿de acuerdo?.  Eso no es lo que Jesús quiso decir.

Junten a dos cristianos.  Dos cristianos.   Y, aunque ellos pueden diferir en algunas cosas; pero junten a dos cristianos y, amigos míos, encontrarán unidad.  Encontrarán espíritu dando testimonio con espíritu.  Encontrarán alegría.  Es asombroso.  Puedo sentarme, por ejemplo, en un avión en Zambia.   Y sentarme al lado de una persona a la que no he conocido en mi vida.  Y después de un rato sacar mi Biblia como para, ustedes saben, esperando que este tipo me diga algo como, “¿Qué es eso?”
A veces, saco mi Nuevo Testamento en griego de modo que ellos miren y digan: “¿Qué es eso?”.  No sé leerlo muy bien, pero, verdaderamente, es una gran herramienta testimonial.  Sin importar dónde esté en el Nuevo Testamento en griego, leo Juan 3:16 cuando me piden que les lea algo.
Pero me puedo sentar con alguien a quien nunca he conocido, y empezamos a hablar y descubrimos que ambos somos creyentes en Jesucristo y, ¡en serio, es una fiesta por el resto del vuelo!  Somos UNO.

Hay gente que dice: “¡Hay tanta desunión en la iglesia!”
No. No hay. Hay mucha desunión con un puñado de gente carnal que son cabras tratando de actuar como ovejas.  ¡Ese es el problema!  Pero cuando se juntan creyentes habrá unidad.
¿Significa eso que nunca habrá desunión?  No, no significa eso, porque hay pecado en todos nosotros.  No significa que nunca habrá desavenencias.  No significa que nunca habrá desacuerdos.  Sino que significa que cuando miras todo el curso de la relación, hay un amor fraternal, una unidad ahí.

Recuerdo una de las ilustraciones que me encanta usar sobre esto.  
Estaba viajando a través de las montañas, hace muchos muchos atrás, en una zona roja que los comunistas -los maoístas- controlaban.  Y nos perdimos y todo.  Estaba oscuro como boca de lobo y estábamos asustados, otro misionero y yo.  Y nos abrimos paso por entre esta pequeña aldea, y nos paramos en las afueras.  Mi hermano -el que estaba conmigo- era peruano.  Y él entró y se devolvió.   Dijo: “No veo ningún militar”.  Así que nos internamos un poco y yo me encorvé algo, de modo que cualquiera pudiera pensar que era bajo.  Y nos acercamos a un borracho y dijimos: ¿Hay hermanos aquí?.
Y él dijo:  “La vieja por ahí.  Ella es una de ustedes.”
Y entonces fui para allá y golpeé (a) la puerta.  Luego de unos minutos, la puerta como que se abrió a crujidos.  Hay una cabañita de barro -adobe- cavada en la parte de atrás de un risco /precipicio.  Y esta pequeña mujer -es como de este tamaño- abrió la puerta... con su linterna... y miró.  
Y dije: “Somos hermanos -ella supo lo que eso significaba en español-  Somos evangélicos.  Somos cristianos.  Y necesitamos ayuda.”  Y ella... nunca olvidaré ese rostro.  Ella fue... y simplemente nos agarró y nos hizo entrar.  Nos llevó al sótano que habían cavado ahí en el lado de la montaña.  Nos puso ahí abajo.  Llegó un niño pequeño.  Ella le dio algunas instrucciones.  De pronto, él salió.  Vuelve corriendo, y entonces llega un hombre.  Trae dos pollos.  Y otro pequeño chacarero /granjero pobre llega con algo de yuca, y empiezan a prepararlos /cocinar. Permanecimos ahí toda la noche.

Bien.   Ellos fueron ganados para el Señor por un grupo de misioneros Nazarenos.  
Los Nazarenos y yo pudimos sentarnos y debatir algunos asuntos.  Sin duda, debatimos.
Éstas eran personas que conocían a Cristo y sabían que sus pecados habían sido perdonados.  Y, debido a que yo era un predicador en el nombre de Jesús, (estuvieron) dispuestos arriesgar sus vidas.  Eso (sí que) es unidad.  Eso (sí que) es unidad.

Ahora, la teología es extremadamente importante.  Extremadamente importante.  Pero les diré esto: No me separaré ni romperé camaradería con alguien que no concuerda conmigo en algunas cosas.
Me separaré de gente que se aparta /desvía del cristianismo histórico, que predica a otro Cristo y cosas por el estilo.  Pero, ¿ven?, hay unidad ahí.  Ellos conocían a Cristo.  Se regocijaban en Él.  

Eso es lo que pasa cuando se tiene una iglesia, y es una iglesia de gente que ha sido convertida, que ha sido regenerada por el Espíritu de Dios.
¿Habrá inmadurez?  Sí.  
¿Habrá problemas? Vivan conmigo un tiempo, tendrán la respuesta.
Pero, ¿podrá la gente ver que hay algo diferente en este grupo de gente y que ese “algo” es su amor?  Jesús dijo: Ellos sabrán -el mundo sabrá- que ustedes son mis discípulos por el amor que tienen uno por el otro.

Ahora, Él dice: “Les daré un corazón y un camino”.  Y luego: “para que me teman”.
Aquí hay algo acerca de nosotros como cristianos.  Podemos hacer un desastre, pero hay algo que Dios ha hecho en nosotros: ha puesto Su temor en nuestros corazones.  
En una relación de matrimonio -yo mismo- a veces actúo como un imbécil, ¿saben lo que significa esa palabra?.  Y no quiero reconocerlo.  No deseo decirle a mi esposa: “Lo siento”.  Y saldré a caminar e iré a mi oficina.  He tenido un libro por escribir; he tenido un sermón por preparar.  Es como si el Señor estuviera ahí:  "Bueno.  Lo vas a estar haciendo tú solo ... hasta que arregles este asunto."
Pero, ¿saben qué?  Hay un temor en mí.  Hay un temor.  Hay una intranquilidad /un desasosiego, una inquietud en mi corazón, un temblor.  Y sé que tengo que regresar, y tengo que disculparme.  Y he tenido que arreglar este asunto.
¿Se fijan?  Tienen a un grupo de gente a quien se le ha dado corazones nuevos.   Y en ese corazón nuevo ha sido escrita la Ley de Dios. Y no sólo la Ley de Dios ha sido escrita, sino que Él ha puesto Su temor en nosotros para que, aún cuando haya conflictos, desacuerdos y problemas, sea el temor del Señor el que nos provoque a humillarnos otra vez y reconocer nuestra ofensa /injusticia y a trabajar por restauración.  Esa es la Iglesia.

Ahora, quiero que vamos por un momento... de nuevo: dije que tendría que saltar de una parte a otra.  Quiero que vamos a Mateo, capítulo 28.  Ustedes conocen la Gran Comisión, en el versículo 18. “Y Jesús vino y les habló diciendo: ‘Toda autoridad Me ha sido dada en el cielo y en la tierra.’ “ (Mt 28: 18-19).  ¡Ah, este pasaje! ... el mes pasado pasé como tres semanas en “Toda autoridad Me ha sido dada...” ¡Ay, Dios!  Simplemente me tira al suelo /piso.  
Tenemos tan poca idea de lo que eso significa.  Pero los animaría a leer Daniel capítulo siete y Salmos capítulo 2.  ¡Tal autoridad le ha sido dada a Él!  Él tiene tanta autoridad, que todos los reyes, todas sus acciones y decretos son intrascendentes.  Ellos ni siquiera importan.  Es como si ni siquiera existieran.
Cuando vino Su Reino hace dos mil años atrás, todo lo demás llegó a su fin.  ¡Ah!, Él les está permitiendo a los reyes y a las naciones jugar como si todavía tuvieran vida y poder.  Pero no tienen ninguno.  Él reina sobre todo.

Bien, pero dice esto: “Por lo tanto vayan y hagan discípulos por todas las naciones”
Estoy tan contento de que Él no puso aquí ‘Por lo tanto vayan y prediquen el evangelio’.
Tú dices: “¿Por qué?, hermano Pablo?”.  Quiero decir,  tú … en YouTube, eso es todo lo que tú hablas.  Tú sólo tienes un sermón.”
Porque es tan fácil... ahora, Adolphe Monod, el famoso pastor reformado francés dijo: “¡Ah!, la cruz de predicar la cruz”, queriendo decir que predicar la cruz era una tremenda carga debido a su grandeza, porque un predicador nunca podría predicar la cruz como debería ser predicada.  Pero hay otro sentido, en el cual la predicación del evangelio es mucho más fácil que hacer discípulos.
Vean, alguien escucha a un predicador como yo en YouTube o me ven predicar ahora mismo.  Pero ustedes no me conocen.  
O, yo sé hacer oraciones que se conecten.  Pero, ¿ustedes me conocen realmente?  ¿Saben realmente si soy un hombre devoto?  Fíjense, en predicar el evangelio... puedo predicar, ir.  Puedo pararme frente a personas y, ¡caramba!, verme como algo muy, muy espiritual y luego irme y ustedes nunca ven mi vida.  ¿Ven eso?  Eso es tan fácil.  

Pero Él dice: “Vayan y hagan discípulos”.  ¿Y qué significa eso?  Hacer discípulos significa que van, al menos por un tiempo, a imitarme como yo imito a Cristo, a seguirme como yo sigo a Cristo.  Voy a enseñarles no sólo con mis palabras, sino que voy a enseñarles mientras me observan vivir 24 horas al día.  ¡Eso es duro /difícil!
Eso es parte del trabajo de la iglesia.  Es parte del trabajo de la Iglesia.
Esto tiene... ¿saben?, cuando primero fui misionero en Perú yo sólo discipulé, discipulé y discipulé.  Y era duro, porque la gente veía tu vida.
Pero les diré algo que ha sido más difícil aún: mis tres hijos.  Discipularlos a ellos.  Porque, ustedes saben, ellos son... ellos pueden, saben, ‘Papá, dijiste esto.  ¿Por qué hiciste esto?’
¿Se fijan?.  ¡Es tan humillante, pero es tan bueno!  ¡Prefiero ser aplastado, de manera que la hipocresía sea arrancada de mí!, a ponerme una máscara y hacer pensar a todos que soy algo que no soy!
Vean, hacer discípulos... significa que hay que vivir con gente.  Tocas a la gente.  Formas parte de su vida.

Estaba evangelizando un día y, ¡cielos!, sí que tuve un despertar duro.  Estaba ahí afuera... estaba repartiendo “tratados” /folletos.  Y estaba predicando, y la gente me estaba lanzando los folletos a mí, y vi a este tipo -parecía algo así como un “punki”- y se iba en una dirección.  Me dirigí hacia allá y le pasé un folleto.  Dije: “Toma /Ten, este es un "tratado" /folleto del evangelio acerca de Jesús”.
Él se volvió y dijo: “Yo no te importo /intereso”.
Y... quiero decir, ¡él me paró en seco!.   Dijo:  “¿Te interesas lo suficiente por mí como para ser mi amigo?.  ¿Para venir a mi casa para conocerme a mí y mis problemas y mi desastre de vida?. ¿O sólo estás aquí anotándote puntos para Dios?

Preocuparse /Interesarse por la gente.  ¡Esa es la razón por la que hay que ser muy, muy cuidadoso en la evangelización!  La gente puede reconocer lo superficial:  “Sólo quiero poner otra muesca en mi cinturón.  Mírenme: Soy un predicador a quienes todos persiguen”.
¡No se trata de ti!  ¡Para discipular gente tienes que haber entrado en relaciones con gente.   Y al tener un iglesia te estás comprometiendo a entrar en una profunda relación con la gente!
Por eso es que cuando uno de nuestros misioneros dijo: “Hermano Pablo, necesitamos empezar una iglesia en esta zona”.
Dije: “Bueno, ¿por qué sientes que necesitamos empezar una iglesia?”
“Necesitamos empezar un iglesia aquí, porque, si empezamos esta iglesia aquí, entonces podemos empezar esta iglesia aquí y podemos usarla como una especie de madre o semillero para plantar otras iglesias acá.”
Y dije: “¡Detente!  No se plantan iglesias para así poder plantar otra iglesia.  Se planta una iglesia porque te preocupas por la gente.  
Y si tienes cualquier otra idea acerca de eso, terminas usando a la gente para llevar a cabo tu visión.
¿Ven?  ¡La Iglesia es para estas personas!  Estas personas.  

Y quiero que piensen en algunos de... algunos de esos... algunos de los más grandes escritores de entre los reformadores, los Puritanos, los primeros Bautistas.  Quiero que se den cuenta de algo.  Ellos nunca se subieron a un avión.  Algunos de ellos nunca viajaron fuera de su país.  Algunos de ellos ni siquiera fuera de su pueblo.  Pero, debido a que ellos pastorearon, sus sermones, sus escritos, y su vida de derramarse ellos mismos en un ganado, han sido usados para cambiar el mundo.

Adolphe Monod, el tipo, quiero decir, él era tan inteligente, su cabeza debe haber sido de este tamaño.  Él podía hacer cualquier cosa en la universidad.  Él podía hacer estudios críticos en hebreo.  Luego lo llevarían acá, estudios críticos sobe el Nuevo Testamento.  Entonces acá, historia del mundo y, me refiero … el tipo podía hacer cualquier cosa.  Y lo querían con tanta urgencia en la universidad, y él dijo: “No, quiero ir a pastorear este pequeño rebaño.”
Y el libro que escribió,  (“Les Adieux”), “Los Adioses”, son 19 sermones que él predicó en su lecho de muerte a su rebaño.  Y en los últimos pocos sermones él yacía sobre su espalda, de esta forma, podía sólo mirar al techo, porque ya no podía siquiera volver su cabeza para mirar al rebaño.  ¡Ese libro no tiene pecio!
A veces queremos hacer tanto, que no hacemos nada.  Y, a veces, hacemos tanto y puedes discernir ahí: ¡Cielos!, estás dedicado a crear un nombre para ti mismo.   Sólo te importan algunas grandes cosas que vas a hacer.

El año pasado estaba predicando en un lugar y venía gente de todos lados.  Pero en realidad no era del Señor.  Era “celebritismo” y apestaba.  Y caminé hacia el rincón, y el pastor se me acercó y dijo: “Pablo, quizá simplemente deberías irte a algún lugar y morir.  Que nadie escuche tu nombre de nuevo.”
Y lo que quiso decir es, “tal vez necesitas irte lejos de todo este circo e ir a pastorear un pequeño rebaño de gente y sólo morir ahí.  Y alejarte de este desastre”.

¿Ven?.  Esto es lo que quiero que vean.  Tengo 47 años.  No soy... quiero decir, no soy tan mayor como estos dos tipos aquí, pero estoy envejeciendo.  No soy tan mayor como él, pero estoy envejeciendo.  Estoy sobre la montaña. Y, si nos damos cuenta, cuando llegas a la cima de la montaña empiezas a descender mucho más rápido.  Estoy envejeciendo y no quiero desperdiciar mi vida.  Y lo que veo es que mucho de las grandes cosas, grandes planes y grandes ideas y todo lo que tenemos acerca de ganar el mundo es nada más que carne, a veces. Porque queremos tocar a todos, pero no tocamos a nadie.

Y, así que Él dice: “Hagan discípulos.”
Y luego dice esto: Miren esto.  Él dice: “Hagan discípulos de todas las naciones, bautizándolos en el nombre del Padre, y del Hijo, y del Espíritu Santo, enseñándoles a obedecer todo lo que les he mandado a ustedes.”
Ahora, piensen en esto.  Él no dice sólo: “Enséñenles.”  Él dice: “Enséñenles a obedecer lo que les mandado a ustedes”.  No puedes enseñarles a obedecer lo que Dios te ha mandado, a menos que estés obedeciendo lo que Dios te ha mandado a ti.  Y así, la iglesia nos da una oportunidad de vivir para darle cuerpo a esto: vivir en obediencia ante otra gente, y ser una influencia con nuestra vida.  Con nuestras vidas.  Con nuestras vidas.

Y entonces, la Iglesia es una comunidad de personas que han profesado Fe en Jesucristo y confesado Su Señorío y se han juntado a alabarlo.  Pero también se han juntado para que ellos puedan animarse mutuamente uno al otro hacia la meta de conformidad a la imagen de Jesucristo.
Es asombroso.  Varios años atrás estaba en Perú.  Y un joven Infante de Marina norteamericano tuvo un accidente insólito.  Tenía su arma y esta se descargó y se disparó a sí mismo en la cabeza.  Y él estuvo ahí en el hospital, -básicamente con muerte cerebral- durante tres o cuatro días antes de que lo desconectaran /dejaran morir.
Y yo no sabía esto, sino que fui a tratar de testificarle.  Y estaban estos dos “Marines” en traje de ceremonia de pie a cada lado de la puerta, de esta manera.
Pregunté a alguien: “¿Qué es esto?”
Y el “Marine” (Infante de Marina) dijo: ’Ningún Marine muere solo’.

¡Oh!
Bien, empecé a hablar con esa persona y me enteré de que si un grupo de Marines está corriendo, el primer Marine llega cuando el último Marine llega.  Ellos llegan juntos.  De manera que si eres el primero corriendo y este tipo es el último, no consideras la posibilidad de cruzar esa línea hasta que lo vayas a buscar y lo traigas contigo.
Hablamos acerca de un ejemplo de la vida cristiana.  
“¡Estoy creciendo!”.  ¿Y qué hay de tu hermano?  ¿Qué de tu hermana en Cristo?
¿Ven?, sin una Iglesia no podemos hacer nada de esto.  No podemos hacer nada de esto.  

¿Quieren tener una Iglesia Bíblica?  
¿Por qué quieren tener una Iglesia Bíblica?, ¿para poder decir que tienen una Iglesia Bíblica?  
¿Quieren tener una Iglesia Bíblica para que ustedes sepan...  quiero decir... para así poder empezar un montón de iglesias bíblicas?  
¿O ustedes sólo desean honrar a Dios y amar a la gente, ya sea que suceda algo o no?

Ahora, continúa y quiero que... quiero que vamos por un momento a Efesios 4.  
Quiero hablar acerca de liderazgo por un momento.  Capítulo 4.  Hablando de Cristo en el versículo 11:
“Él mismo constituyó a unos, apóstoles; a otros, profetas; a otros, evangelistas; y a otros, pastores y maestros, 12 a fin de capacitar al pueblo de Dios para la obra de servicio, para edificar el cuerpo de Cristo.”

Bueno, este es un hermoso texto y, a la vez, un texto muy peligroso.  
¿Qué quiero decir?  
Él ha dado hombres dotados a la Iglesia, ¿para hacer qué?  Para equipar a los santos.  
Pero, la mayoría de las veces, cuando esto se predica, se predica de una manera militante.  
¿Qué quiero decir? Se predica: “Vean, en nuestra iglesia. ¡Cielos!, hemos logrado movilizarla /entusiasmarla /animarla.  Hemos logrado hacer cosas.”  “Mira, yo te entreno para que puedas salir y hacer el ministerio, y ese ministerio es ganar gente y hacer crecer esta iglesia...”
¿Qué estoy haciendo?  Estoy haciendo regresar esta cosa a una fábrica, a un lugar donde los santos vienen a trabajar.  ¿Ven eso?
Eres un trabajador, en la colmena; en el hormiguero.  “Tenemos que ir.  Tenemos que crecer. Tenemos que construir. Tenemos que hacer.  Yo te entreno, tu vas.”
Esa... personas me han preguntado varias veces hoy:
¿Cómo es que algunas iglesias parten queriendo ser bíblicas y luego, eventualmente, como que se van por el camino de todas las otras iglesias?   
Éstas son las razones:  ellos cambian la vida de la iglesia en casi una especie de fábrica, una casa de trabajo.

Ahora, ¿tenemos que hacer trabajo de servicio?
Absolutamente, tenemos que hacer trabajo de servicio. Pero, quiero que miren a esto en una forma un poquito diferente.  
Él nos ha dado hombres dotados para el equipamiento de los santos.  
Bien, el equipamiento de los santos no significa simplemente que ellos puedan salir y trabajar y traer más gente.  
El equipamiento de los santos significa también prepararlos.  Hacerlos crecer hacia la madurez.  Ayudarlos a ser capaces de entrar plenamente en una vida de devoción personal, en un caminar personal con Cristo.  No es solamente acerca de entrenarlos a salir a hacer algo.  Es entrenarlos, de manera que puedan ser algo: ser como Cristo.  

Y este equipamiento es también para la edificación del cuerpo de Cristo.
Ahora, por supuesto, eso incluye evangelismo.  Pero necesito equiparte no sólo para salir y ganar a algunos y traerlos y  que ellos permanezcan tan inmaduros como el resto de nosotros.  Necesito equiparte a ti para que seas capaz de ministrarlo a él.   
Para ministrar al cuerpo también.  Para ayudarnos a crecer en madurez.
Necesito equipar a los esposos, ¿para hacer qué?  Para ministrar a sus esposas.
Necesito equipar padres, ¿para hacer qué? Para que ministren a sus hijos.  
Necesito equipar mujeres, para que ministren a sus esposos y sus hijos.

¿Ven como podemos sólo tomar un versículo y automáticamente asumir “esto es lo que significa: equípenlos a todos, para que así puedan salir y hacer un montón de trabajo”?  
Equípenlos para que ellos puedan ser como Cristo, ministrarse uno a otro y testificar al mundo.  Pero no como una pieza más en el engranaje del organismo, en el sentido de una rueda de fábrica o de una cosa tipo colmena u hormiguero donde cada quien sale, recoge y regresa.
¿Ven?, de nuevo, miren acerca de qué estamos hablando: relaciones.
Amarse los unos a los otros, preocuparse uno del otro.  No tan preocupados acerca de llegar a la raya /línea primero, sino encontrándonos en la raya con nuestros hermanos y hermanas en Cristo como una Iglesia.

Ahora, Él continúa y dice: (v. 12) “Para el equipamiento de los santos para la obra de servicio, para la edificación del cuerpo de Cristo.”
Y, miren, pueden ver: (v.13) “Hasta que logremos la unidad de la fe, y del conocimiento del Hijo de Dios, a un hombre maduro, a la medida de la estatura que pertenece a la plenitud de Cristo.” (traducido desde la New American Standard Bible)
Ser parte de una iglesia es hacer un compromiso de ser bíblicamente, prácticamente, preocupado /interesado por las otras personas en ese cuerpo.  Que ellas puedan llegar a ser todo lo que Dios desea que ellos sean.

Bien, sigamos:  Quiero que vamos ahora a 2a. Timoteo capítulo 3.  La Iglesia, su doctrina, sus prácticas, deben estar fundadas en la Palabra de Dios.
Ahora.  Él dice aquí:  (vers.15) “Desde tu niñez conoces las Sagradas Escrituras, que pueden darte la sabiduría necesaria para la salvación mediante la fe en Cristo Jesús.”
¿Cómo llega una persona a conocer al Señor?  A través de los escritos sagrados, a través de la Escritura.
Permítanme compartir esto con ustedes. Tal vez mañana hablaremos sobre esto, acerca de evangelización, pero...
He visto recientemente a gente llegar al Señor no como resultado de un encuentro de una vez, o del testimonio a través de un “tratado” /folleto.  He visto a personas llegar al Señor después de ocho meses de estudio bíblico.  Después de ocho meses del estudio de la Escritura.  
Mi cuñado John Green, de Inglaterra, es un gran evangelista.  Él no predica.  Él no debería predicar.  Pero, en lo que se refiere a lidiar uno a uno con gente...  Y, hace muy poco, él trajo a mi oficina a un tipo con el que había estado tratando por alrededor de ocho meses, estudio bíblico tras estudio bíblico.  Yendo a través de las Escrituras.  Yendo a través de las Escrituras.

Escúchenme:
Predicar en las calles:  Sí.  Dar testimonio a personas, “tratados”:  Sí.  
¿Alguna vez han pensado en hacer amistad con algunas de estas personas, invitándolas a encontrarse con ellas en un café una vez a la semana, dos veces a la semana, para ir a través de las Escrituras, estudiando la Escritura?  No simplemente “a lo que caiga”, como un francotirador con un rifle, dándoles un tiro para que vengan al Señor, sino que, tal vez, diciendo: “Voy a derramar mi vida en esa persona”.

Y luego dice: “16 Toda la Escritura es inspirada por Dios y útil para enseñar, para reprender, para corregir y para instruir en la justicia, 17 a fin de que el siervo de Dios esté enteramente capacitado para toda buena obra.”
Cuando estaba en el Seminario -varios años atrás- mi profesor se paró enfrente de la clase un día y dijo: “Chit(ón).... chit(ón).   Escuchen.  Escuchen.”
“¿Qué?”
“Escuchen. Oigo pasos”.
“Sí.  Son las pisadas de Aristóteles, caminando por estos pasillos.  Y son más fuertes que las pisadas de los apóstoles.”
El punto que él estaba destacando era que, mucho de lo que estábamos haciendo tenía más que ver con la filosofía griega que con el Nuevo Testamento, diciendo que era erróneo.
Quiero que sepan algo.  No solamente caminando a través de la iglesia, sino que caminando por tu mente y por tu corazón, están la sicología, la sociología, la antropología, doctrinas de esta era. Y ellas los destruirán.
No necesitamos aumentar las Escrituras con las ciencias sociales para tener una Iglesia.  Una Iglesia está fundada en la Palabra de Dios.  Y no necesita ayuda de alguna fuente exterior.

Les daré un ejemplo.  Si tuviera que enseñar, en este momento, acerca de la responsabilidad del padre de ser el principal educador en la vida de su hijo, muchos de ustedes se estarían yendo... porque eso no se practica aquí.   ¡Sí!  O, si empezara a enseñar sobre la sumisión bíblica de la esposa al esposo, probablemente, a algunas de ustedes, mujeres, les saldrían cuernos y garras y me atacarían ahora mismo, porque eso no se practica aquí.  Es odiado, es despreciado.  Años y años y años de entrenamiento en todas las oscuras artes que han recibido.
Ustedes fueron a pre-escolar.  No les enseñaron el Salmo 1, les enseñaron los caminos del mundo.  
Fueron a la enseñanza básica /escuela primaria, les enseñaron todas las doctrinas de esta era.
Fueron a la enseñanza media /escuela secundaria, y ellos hicieron lo mismo.
Cuando niño, cada vez que vieron televisión, les enseñaron en una manera completamente contraria al cristianismo.  ¿Y ahora se preguntan por qué es tan difícil vivir la vida cristiana?

¿Se fijan? Hay cosas que enseña la Escritura que, si se se las enseñara en este momento, tal vez algunos de ustedes se levantarían indignados y saltarían por esa ventana -o me arrojarían a mí a través de esa ventana- porque ustedes no pueden siquiera abordar el asunto, debido a que se les ha enseñado lo contrario una y otra, y otra vez.  ¡No traigan esas ciencias a la Iglesia!, porque las ciencias sociales no son ciencias, por la sola definición de ciencia.  
¡Y no traigan a la Iglesia algo cuyas teorías fundamentales cambian alrededor de una vez cada tres años!
Tenemos que fundar la Iglesia sobre las Escrituras.   Y la Iglesia y las Escrituras no necesitan ayuda externa.

Permítanme darles un ejemplo perfecto de esto.
Vas a un consejero cristiano -que es también sicólogo- y dices:
“Necesito consejo”.
El dice: “Está bien”
Entras.  Dices: “Bueno, antes de que empecemos, tengo entendido que eres un sicólogo cristiano.  ¿Cuál es la base de tu autoridad?  
Ahora, esa es una pregunta apropiada en debate, apologética, filosofía secular, ¿de acuerdo? ¿Cuál es la base de tu autoridad? Quiero decir, vas a empezar a decirme cosas.  ¿Cuál es la base de tu autoridad.
Y entonces dice: “Bueno, la Biblia”.
Digo:  ¿Qué son todos esos otros libros?
“Bueno, yo sólo... tú sabes, la verdad de la Escritura, pero toda verdad es verdad de Dios, así que las verdades que encuentro además en estos libros son verdades, también.”
“Bueno, tengo un problema”.
“¿Cuál es tu problema?”
“Bueno, ahí veo a Freud, Rogers y Skinner, tres de los principales hombres occidentales con respecto a la sicología.”
“Sí, ¿y?”
“Bueno, Freud dijo que Rogers y Skinner eran idiotas.  Y Rogers y Skinner dijeron que Freud era un pervertido.  Y Skinner dijo que Rogers no sabía de qué estaba hablando, y todo lo que Rogers escribió contradice a Skinner.   Entonces, mi pregunta es esta: Si los tres se contradicen entre ellos, y los tres contradicen a la Biblia, ¿quién es la autoridad?
Y él dice: “Bueno, yo esc... tú sabes, la Biblia, por supuesto, es la autoridad.  Y entonces yo escojo de estos tres hombres qué es verdad.”
“De modo que ahora la autoridad eres tú.”

¿Ven el problema?
Hay UNA autoridad, y es la Escritura.  Si ellos no hablan de acuerdo a la ley y los profetas no hay luz en ellos.  No hay luz en ellos.
Pero se ha convertido en la religión de la era, y uno de los grandes estorbos para la iglesia bíblica.  Un gran estorbo.  

Ahora, estoy consciente de que puedo haber hecho enojar a personas.  Si fue así debido a mi actitud, pido disculpas; pero no pido disculpas por lo que dije.  Es la verdad.  Las iglesias hoy en día están invadidas con las ideas de la antropología, de la antropología secular, de la sicología secular y de la sociología secular.
Bien, no creo que vayan a tener una iglesia bíblica si purgan /erradican /excluyen eso de su evangelización.  Tienen que purgarlo de sus matrimonios, de su idea del hombre, de su idea de verdad.  Tienen que purgarlo /excluirlo /erradicarlo de todo.
La Palabra de Dios es Verdad.  Y si algo no se alinea con la Palabra de Dios, no es verdad.  Y no es verdad adicional.  

¿Se fijan?, muchos de ustedes.... permítanme preguntarles algo.  Posiblemente, ustedes dirían: “Si, hermano Paul, creo en la inspiración de la Escritura.  Soy un cristiano conservador.  Creo en la inspiración de la Escritura, que la Escritura fue inspirada por Dios, que es infalible, inerrante. Es una comunicación fiel de la verdad de Dios.
Está bien.  Crees en la inspiración de la Escritura.  Has ganado solamente la mitad de la batalla.  Aquí va la próxima pregunta:
¿Pero crees en la suficiencia de la Escritura?  
¿Crees que la Escritura es suficiente para hacer al hombre de Dios adecuado para toda buena obra?.  ¿O el hombre de Dios también necesita a Freud, Skinner, Rogers y todo los demás con el fin de aconsejar al pueblo de Dios, con el fin de enseñar al pueblo de Dios, con el fin de entrenar al pueblo de Dios?
¿Ven?, esto es lo que la Escritura está diciendo.  Esto es lo que está diciendo:
“Toda Escritura es inspirada por Dios, y provechosa para enseñar, para reprender, para corregir, para entrenar en justicia; para que el hombre de Dios pueda estar capacitado, equipado para toda buena obra."
Cada buena obra que se necesite hacer en el cuerpo, para cada buena obra, la Escritura, la Escritura puede prepararnos adecuadamente.  
Todo lo que la Biblia dice en 2a. Timoteo capítulo 1, 2a. Pedro capítulo 1, todo lo que necesitamos para vida y santidad nos ha sido garantizado.  Todo lo que necesitamos para dirigir nuestros matrimonios nos ha sido concedido en este libro.  Todo lo que necesitamos para criar a nuestros hijos nos ha sido concedido en este libro.  Se encuentra ahí.  Está ahí. Ustedes tienen que hacer una decisión.  ¿Quieren una iglesia bíblica, o quieren una iglesia bíblica a medias?
No hay... como dijo el filósofo: “¿Qué tiene que ver Jerusalén con Atenas?”  
¿Qué tiene que ver el cristianismo con todas estas doctrinas de la época que no dan luz y no brindan bendición alguna, e impiden toda posibilidad de que la persona pueda dar fruto? .

Ahora, quiero ir a otra cosa más, y entonces daremos fin a esto, porque sé que me he extendido mucho.
Miremos por un momento a la vida del cuerpo.  Quiero que vamos al capítulo 12 del libro de Romanos, versículo 3:
“3 Por la gracia que se me ha dado, les digo a todos ustedes: Nadie tenga un concepto de sí más alto que el que debe tener, sino más bien piense de sí mismo con moderación, según la medida de fe que Dios le haya dado”.

Escuchen.  En la medida que crecen en su caminar cristiano van a encontrarse con creyentes verdaderos, honestos, que no son del todo maduros, que son más bien problemáticos.  Necesitan estar constantemente preguntándose esto: ¿Qué tengo yo que no haya recibido?  Y si lo he recibido, ¿por qué presumo /me jacto/vanaglorío?
¿Quién te hizo lo que eres?  Has sido salvado por la gracia de Dios.  Por la gracia de Dios, una obra de santificación continúa en ti.  No hay cabida para vanagloriarse en la vida cristiana.  Y no hay cabida para comparación, para poner a un santo contra otro.

Recuerdo una ocasión en que una mujer que había hecho gran cantidad de daño -con su maldad- había hecho gran cantidad de daño en la Iglesia.  Y una mañana llegó corriendo por el pasillo.  Estaba predicando yo.  Y ella estaba llorando.  Y se cayó en los escalones de la plataforma.  Y ella estaba pidiendo perdón a gritos a Dios.  Levanté la vista y vi los rostros de la gente en esa multitud.  Y me refiero a que estaban como con incredulidad, inclementes.  La mujer había hecho algunas cosas malas.  
Y bajé, y puse mi mano sobre su hombro y oré por ella.  Después, algunas personas se me acercaron y dijeron: ”¿Cómo pudiste tocar a esa mujer?”
Y dije: “Porque si ella no es perdonada, tengo que ir al infierno, también.”

¿Ven el punto?  Misericordia... ¿Saben?, si necesitan evidencia de que no somos perfeccionados al momento de la conversión.  Si necesitan evidencia de eso, entonces escuchen esta declaración de Jesucristo: “Benditos son los misericordiosos, porque ellos recibirán misericordia.”
Eso me avergüenza -ese versículo- y les diré por qué.  ¿A un hombre como yo, que ha recibido tal misericordia, tiene que decírseme que sea misericordioso?  ¿Debo ser recordado de que debo ser misericordioso después de la misericordia que he recibido, después de las cosas que he hecho, y he sido perdonado?  ¿Tengo que ser recordado de que debo ser misericordioso?  ¡Eso es patético!

Así que la vida del cuerpo es -de nuevo- construida sobre la humildad.  Se construye en torno a la misericordia.  Se construye pensando más de otros.

Y Él dice: “4 Pues así como cada uno de nosotros tiene un solo cuerpo con muchos miembros, y no todos estos miembros desempeñan la misma función, 5 también nosotros, siendo muchos, formamos un solo cuerpo en Cristo, y cada miembro está unido a todos los demás.”
Ahora, en Corintios, en 1a. Corintios, Pablo lidia con esto en extenso.  Y no quiero ir ahí, porque no quiero ocupar la noche entera teniéndolos sentados aquí.

Algunas veces miro a mi esposa y, ¿saben?, los hombres estamos realmente mal en que, a veces, empezamos a pensar que nuestras esposas son una extensión nuestra, y nuestros hijos son una extensión nuestra, ¿saben?.  Olvidamos que son personas con sus propios derechos.
Habrá cosas entre nuestras esposas y Cristo de las que no sabemos.  Pero, algunas veces, me siento y trato de recordar esto:  Ella es hija de Dios.
Bueno, no sé si alguno de ustedes tiene hijas.  Yo tengo una hijita.  No sé dónde se iría mi cristianismo si alguien intentara hacerle daño.  Haría todo lo que estuviera a mi alcance para detenerlo.  Quiero decir, si tú realmente no quieres ser mi amigo, entonces hazle algo malo a mi hija.  Quiero decir, ni siquiera puedo imaginar.  Alguien tendría que atajarme /impedírmelo, si alguno le hiciera algo a mi hija.

Y siempre trato de recordar a mi esposa en ese contexto con su Padre.  Ella es hija de Dios.  ¿Voy a jugar con ella? {provocarla (a enojo/ira) /inquietarla /fastidiarla /censurarla}. ¿La voy a lastimar /Le voy a hacer daño?  Si yo, siendo malo, puedo amar tanto a mi hija que  me lanzaría frente a un tren por ella o pelearía contra cualquier hombre sobre la faz de la tierra -al  menos por dos segundos, antes de que me noqueara /dejara sin sentido- ¿voy a suponer que quiero lidiar con Dios en esa forma, tratando ásperamente a Su hija?
Ahora llevemos eso más lejos.
C. S. Lewis dijo esto en una ocasión, y no puedo citarlo exactamente, pero él dijo... básicamente dijo esto: “No hay gente común.  Cada persona que uno conoce, un día será ya sea un monstruo en las entrañas del infierno, o una criatura tan espléndida y gloriosa que, si usted pudiera verla ahora en ese estado futuro, caería de bruces y tendría tendencia a adorarla”.  
Muy bien.  Ahora quiero que piensen eso acerca de su hermano en Cristo, por un momento.  Su hermana en Cristo.  No traten con esta persona en mala forma.  Dénse cuenta de lo que son.  Dénse cuenta de lo que ha sido pagado por ellos.  Tomen conciencia de lo que van a llegar a ser.  Tomen conciencia de la relación que ellos tienen con Dios, y empezarán a tratarlos en forma diferente.  ¿Ven eso?  Ellos no son sólo algún vulgar creyente que asiste a la Iglesia.  Ellos son de Dios, y un día llegarán a ser más gloriosos de lo que nadie pudo siquiera imaginar.
Eso es Iglesia.

Y él continúa y dice que somos miembros.  Se me dice que soy uno con mi esposa y que sólo un hombre loco desgarra su propia carne.  Sólo un hombre loco se mutila a sí mismo.  Quiero decir, todos sabemos eso.  Si ves a un hombre a un lado de las calles, ¿sabes?, y está arrancándose su brazo, tú no dices: “¡Hola!, ¿cómo te va?.   
Me refiero a que dices: “Esa persona está muy aproblemada.”
Muy bien, ahora, atacar a mi esposa es locura.  La peor forma, desgarrarla.
Hermano y hermana en Cristo, la misma cosa.  Miembros.  Miembros.
Y recuerden esto: No están simplemente desgarrando uno de sus miembros.  Están desgarrando a uno de los miembros de Cristo, parte de Su cuerpo.  La Iglesia en Corinto fue severamente advertida de que, si alguien destruye el cuerpo, Dios lo destruirá a él.

¿Ven? Se necesita tener una idea más alta/intensificada de Dios.  Ustedes han escuchado eso una y otra vez.  Necesitamos tener una idea más alta /intensificada de Dios.  Eso es verdad.  Pero, aún así, ¿saben qué otra cosa necesitamos?
Necesitamos tener una idea más alta /intensificada de otros creyentes.   
De lo que son, lo que serán, lo que se pagó por ellos.  Y somos miembros.
Ahora,  ¡cielos!, puedo hacer esto en EE. UU., pero aquí en Europa ustedes son mucho más civilizados.  Pero, de todos modos, voy  a hacerlo.

Veamos. ¿Quién trae puestas zapatillas?  ¿Quién quiere ofrecerse como voluntario? ¿Quién es realmente valiente?  ¿Nadie es valiente?  No necesitas zapatillas.  Puedes hacerlo en calcetines.
Bien.  Ponte de pie.  Y, en serio, ¡cielos!, si me estoy pasando de la raya, comprendan que soy norteamericano.  Soy del sur.  No tengo cultura, ¿de acuerdo?
Ahora, quiero que corras hacia esa baranda tan rápido como puedas, y entonces vuelvas tan rápido como puedas.   ¡Ya!
¡Ay!  Debí procurar que él estuviera con zapatillas.  Casi salió por la ventana.
Bien.  Ahora, quiero que te agarres un pie de esta forma, y quiero que corras hacia allá, la mitad del camino hacia allá y entonces regresas.  
“Medio camino”.
Sí, sólo a medio camino. No queremos que salgas por la ventana.
Bien.
Más lento, ¿verdad?  Muy bien.  Ahora agárrate este pié así.  Y agarra el otro y échalo hacia atrás...  Muy bien... gracias.
Ahora, miren.  Quité un miembro y él no pudo moverse tan rápido, tan rápidamente y, definitivamente, él no se veía tan grácil /garboso.   Quité un  miembro.  
Quité dos miembros y lo incapacité completamente.  Ni siquiera podía caminar.
Ahora, ¿piensan que cada miembro es importante en el Cuerpo de Cristo?   

Este no es sólo un estímulo para que cada santo llegue a comprender con qué dones fue dotado y su parte en el Cuerpo de Cristo, sino que también es necesario que nosotros apreciemos a cada santo y lo animemos a ser una parte del cuerpo, porque lo necesitamos.
Ahora, si se les dice a los santos: “Mira.  Necesitamos que ministres de acuerdo a tus dones. Necesitamos que seas parte de este cuerpo, porque, ¡caramba!, tenemos que hacer esto”.   De nuevo, esto es mecánico: “queremos que seas parte de la fábrica”.
Pero si dicen: “Te necesitamos en este cuerpo para ministrar (servir /ayudar) a tus dones, porque, como cuerpo, te necesitamos.  Te necesitamos.  Necesitamos los dones con que has sido dotado. Necesitamos lo que Dios ha hecho en tu vida.  Te necesitamos como persona.  Te necesitamos a ti.” Te necesitamos,
Eso es Iglesia, ¿se fijan?.  Eso es Iglesia: que somos miembros los unos de los otros.

Y entonces continúa y dice esto... quiero pasar al nueve, a causa de la falta de tiempo.  Dice: 9 “El amor sea sin fingimiento. Aborreced lo malo, seguid lo bueno.     10 Amaos los unos a los otros con amor fraternal; (versión RV) La versión NASB (en inglés) dice en el v.10: “Estando dedicados /dándose /entregándose los unos a /(desviviéndose los unos por) los otros.”
¿De modo que quieren una Iglesia? ¿Están dispuestos a estar dedicados /entregados los unos a otros?  No estoy hablando de venir los domingos, escuchar un sermón e irse rápidamente.  
Estoy hablando de, realmente, entrar en relaciones.
¿Se fijan?  El cristianismo, especialmente ahora en círculos reformados -en muchas formas- ha llegado a ser casi como ir al teatro.  La gente tiene su predicador favorito, y su forma de alabar favorita.  Y entonces entran, y toman su asiento en la iglesia.  Deberíamos conseguir algo con un posa cabritas /palomitas de maíz y un lugar donde se pudiera poner la Coca-Cola, para ver al predicador favorito y mirar al tipo cuya alabanza preferimos, y luego decir ‘chao’ /adiós.  Y lo mejor de todo es que es gratis, a menos que estés en una iglesia bautista y ellos te hagan pagar un diezmo.  Es gratis.  Eso no es iglesia.  Oigo a ministros decir todo el tiempo:  “La Biblia dice: ‘No dejen de congregarse’. Y lo que están diciendo es:  “Escuchen: necesitan venir a oírme predicar.”

Pero, lo que (la Biblia) está diciendo es que no dejen de congregarse /reunirse, para que puedan asistirse /ayudarse /atenderse /cuidarse unos a otros, exhortarse los unos con los otros, animarse unos a otros.  
Por eso es que hay, como mínimo, menos obstáculos haciendo este tipo de cosas en una hermandad pequeña.  
Y si la hermandad se vuelve más grande, o bien, a algunos de los miembros ahí que son de cierta parte de la ciudad los envían allá, para que empiecen otra Iglesia; o, al menos, divídanla en alguna especie de Iglesias en casa y cosas así, para que puedan, realmente, tomar parte en la ministración de los unos a los otros.
Y otra cosa que es muy importante...  
Unas pocas semanas atrás estaba predicando a un grupo de gente en Tharptown, un lugar en Alabama.  Y yo, simplemente, amo a esa gente.  Son realmente maravillosos.  Y, estaba predicando y estaba alargándome un poquito  -sé que no pueden creer eso, pero me estaba alargando un poquito- y dije:  “Bueno, paren eso.”  Todos ellos como que levantaron la vista.
Dije: “Sé lo que están pensando.  Están pensando en salir de aquí y partir para ‘El Rancho’.”
“El Rancho” es el más favorito de los restoranes ahí cerca de la Iglesia.  De hecho, es el único restorán en toda la ciudad.  Así que...
Y dije: Sé lo que están haciendo.  Ustedes ya no están pensando en la iglesia.  Están pensando en ir a “El Rancho”.
Y ellos estaban como... ustedes saben, todos sintiéndose culpables.

Pero dije eso, porque quería enseñarles algo.  Dije:  Ahora, paren.  Pregúntense ahora mismo.  ¿Están haciendo Iglesia, o como quieran llamarlo?  ¿Están haciendo Iglesia?.  “No”.
Dije: Quiero que miren a algo un poquito diferente.  En este preciso momento ustedes están sentados ante la predicación de la Palabra de Dios.  Hemos alabado en forma colectiva y hemos orado colectivamente.  
Bien, ustedes piensan que han hecho algo espiritual.  Y entonces van a salir y van a ir a El Rancho, y hacer algo no tan espiritual.  
Dije: En realidad, la forma en que necesitan mirar a esto es que van a salir de aquí para ir a la Iglesia.
Y ellos estaban como: “Este..., /¿Cómo? /Pues..., ¿qué quieres decir?”

Dije:  “Bueno, si van allá y hablan acerca de su equipo favorito de fútbol americano o algo similar, no necesariamente”.  
Dije:  “Pero, ¿se dan cuenta?  Ustedes no están hablando unos con otros en este momento.  No se están ministrando unos a otros.  Están escuchando un sermón, lo que es necesario.  Han alabado colectivamente y orado colectivamente, todo lo cual es necesario y bueno, y es parte de la Iglesia.  Pero, ¿qué les parece que, tan pronto como yo ponga fin a esto nos vamos todos a El Rancho y tengamos Iglesia?
Nos vamos allá, nos sentamos a una mesa con un creyente, le hablamos, lo conocemos, averiguamos qué está pasando con su vida, comemos papas /patatas fritas.  ¡Dios es Bueno!  Y, simplemente, para conocerse uno al otro, amarse uno al otro, bendecirse uno al otro.”

¿Se fijan?  Toda la idea que ellos tienen de Iglesia gira en torno a ir a ese lugar, alabar colectivamente, escuchar un estudio bíblico, y luego irse.  Eso no es Iglesia.  Esa es una parte muy esencial de la Iglesia.  Pero, vean, ¡otra vez lo mismo!, justamente identificándola con un oficio religioso, una reunión, un lugar de reunión.  
Es ustedes colectivamente, preocupándose unos por otros.  

Había un pastor en Argentina que había hecho crecer la iglesia a alrededor de 600, y ése es el lenguaje que usaba.  Él decía: “Porque he hecho crecer la iglesia a 600”.
Y dijo: “Yo me sentía miserable”.  Dijo: “Finalmente, llegué a tal...  ni siquiera sabía por qué, sólo sabía que algo que estaba errado, sabía que algo estaba terriblemente equivocado.”  Así que apartó tiempo para orar, y ayunar y estudiar las Escrituras.  Y parecía que el Señor le recalcaba /le imprimía en su corazón, a través del estudio de la Escritura, que todo lo que él había construido era solamente heno, madera y rastrojo.  Que necesitaba empezar de nuevo.  
Él es un tipo muy agradable, un gran orador, realmente.  Sabía cómo hacer cosas y, quiero decir, la gente estaba yendo a montones /en masa/multitudes a esa iglesia.      
Y Dios estaba diciendo...
Entonces, esto es lo que hizo.   El domingo siguiente, ustedes saben, tuvieron el gran servicio de alabanza y todo, y el director de la música dice: “Y ahora, el pastor Ortiz” -digamos-  “va a venir a darnos la Palabra de Dios”.
Y él se puso de pie, caminó hasta allá y dijo: “Ámense unos a otros... como Jesús los amó.”
Y se sentó.  Y el director de música dio un brinco y dijo: “Tendremos otra canción antes del sermón principal.”
Así que cantó otra canción y entonces: “Ahora nuestro pastor vendrá y …”
Y él dice: “No.  Realmente. Ámense unos a otros como Cristo los amó.”
Él hizo eso.  Dice que hizo eso durante seis semanas.  Y dice que a la sexta semana, dos de los diáconos -uno sentado en el banco de adelante, el otro en el segundo banco- el que estaba sentado en el banco de adelante se volvió y dijo -tan pronto como fui a través del texto diciendo: ‘Ámense unos a otros’- el diácono se da vuelta y dice: ‘Oye, ¡creo que sé lo que está tratando de decirnos’!”
Y lo que pasó fue que empezaron a servirse /atenderse unos a otros, preocuparse uno por el otro.  Los hombres empezaron... el Espíritu de Dios empezó a trabajar.  Los hombres empezaron... los diáconos empezaron a intentar de descubrir a las viudas en la iglesia que estaban solas.  Quiero decir, toda clase de cosas.  ¿Se fijan?
Es Iglesia.  Eso es Iglesia.

Ahora, él dice.. continúa y dice: “10 Amáos los unos a los otros con amor fraternal; en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros.  (versión RV)
¡Cielos!  Nosotros no somos un pueblo que sabe mucho acerca del honor.  
En U.S.A. nos enorgullecemos de nosotros mismos.  “No tenemos un rey, y nunca vamos a tener un rey.  Y no me preocupa quienes creen ustedes que son.  Soy tan bueno como son ustedes”.  Esa es nuestra mentalidad.  Espíritu independiente.  “No inclino mi cabeza ante nadie”.
Eso no es cristiano.  

Él dice: “en cuanto a honra, prefiriéndoos los unos a los otros. 11 En lo que requiere diligencia, no perezosos (no rezagándose /no quedándose atrás en diligencia, según la versión en inglés); fervientes en espíritu, sirviendo al Señor.”

Miren.  No más que este “quedándose atrás”.  Miren  lo que hay (en eso). No quedándose atrás en dedicarse /entregarse los unos a otros.    No rezagándose en darse preferencia unos a otros.
12 “gozosos en la esperanza; sufridos en la tribulación; constantes en la oración;”
13 “compartiendo para las necesidades de los santos; practicando la hospitalidad.”
¿Ustedes hacen eso?  ¿Practican la hospitalidad?  
¿Invitan gente a su casa? ¿Los alimentan?
¿Llaman a otros creyentes?  ¡Oye!, ven a mi casa mañana.  Voy a tener una olla con algún guiso /guisado y simplemente vamos a hablar sobre el Señor. ¿Abren su casa?.  ¿Saben que es una de las calificaciones de un anciano?.  Debe ser hospitalario.  Tiene que abrir su casa.  Y si no lo hace, no califica.  A mí no me importa si es el mejor maestro sobre la faz de la tierra.
¿Ven?  Ustedes pueden decir: “¡Ah, podemos dejar pasar eso, porque, ¡caramba!, él es un gran maestro bíblico.
No, no se puede.
“14 Bendecid a los que os persiguen; bendecid, y no maldigáis.”

Ahora, quiero que piensen acerca de esto por un momento.  
Un tipo dice...
Pondré esto en el contexto del matrimonio.  Un tipo dice: “No puedo amar a mi esposa”. Él es cristiano.  Está en la iglesia.  Va al pastor y dice: “No puedo amar a mi esposa.”
¡Ah!, no puedes amarla como esposa.  ¿Puedes amarla como a una creyente?
“¡No!”
¿Puedes amarla como a una persona perdida?
“¡No!”
¿Puedes amarla como a un enemigo que te persigue y te maldice?
“¡No!”
Cristo te ha mandado amarla en todas esas formas.  
¿Ven?  No sólo son llamados a amar a su hermano.  Son llamados a amar a su enemigo que los persigue y los maldice y desea su eterna condenación.  Entonces, si eres llamado a amar a ese tipo, con toda certeza /seguridad puedes amar a tu hermano.  ¿Ven eso?

¿Saben ustedes cuál es, honestamente, mi meta en la vida?  Quiero decir, tengo como una pequeña... estimé que no iba a cumplir todo... ustedes saben, no iba a ser capaz de cumplir todo, entonces pensé: “Me voy a fijar una meta”.  Pero es algo así como una meta que abarca todo. Poder crecer en mi amor hacia mi esposa.   Poder manifestar la semejanza del amor de Cristo hacia ella.  Esa es mi meta.
Tú dices: “Bueno, eso es como lastimoso”.
Obviamente, no eres un esposo.
Pero, fíjense en esto.  Si puedo amar a la persona con quien tengo la más cercana, la más íntima relación, viendo ella todas mis fallas y teniendo yo que aguantar todas las suyas, entonces el amor no va a ser un problema con nadie más, ¿no es así?  
Estoy tan cansado...
Alguien dijo: “¿Por qué vas a ir a plantar una iglesia en algún lugar?
Dije: Estoy cansado de predicar cristianismo. Quiero ir a vivirlo a algún lugar.  Quiero ir a vivirlo a algún lugar.

¿Saben... muchachos?
Si esta es una iglesia, y si ésta no es la meta de ustedes, entonces lo que van a hacer es que van a salir y traer personas, y a multiplicar por dos a hijos del infierno como ustedes.
Pero esta meta es ser como Cristo, y seguirlo.  Eso es la Iglesia: un grupo de gente entregada a Cristo, entregada una a la otra.  Es eso.
Así que pueden tener todas esas otras cosas, ancianos, y todo lo demás.  Pero si no tienen esto, entonces no tienen una iglesia, ¿de acuerdo?
Bien, oremos.  Padre, vengo ante ti y oro, Señor, que nos ayudes a entender y a aplicar estas verdades, a ser transformados por ellas.  En el nombre de Jesús.  Amén.