miércoles, 5 de septiembre de 2012

Obedécele a Dios, Él salvará tu vida - Paul Washer


Título en inglés: “Obey God, He will save your life - Paul Washer” (9:53 min, puesto por illbehonest)


Subtitulado en estos dos lugares:
http://www.youtube.com/watch?v=mdpCmbc-9HE

https://www.youtube.com/watch?v=9sS3OR9Psls


(Part 7 “A Catechism for children”)

(Un Catecismo para niños, parte 7)


Quisiera darles la bienvenida a todos los que están hoy aquí;
especialmente, me gustaría darles la bienvenida a los jóvenes,
nuestros niños, que están aquí.
Y este mensaje es especialmente para ustedes.

Bien, hemos estado estudiando
acerca de cómo debemos glorificar a Dios;
de cómo tenemos que vivir ante Dios de manera tal
que le agrade a Él; que lo complazca a Él.

Ahora, tenemos que darnos cuenta, antes que nada, que,
para que podamos agradar a Dios debemos amar a Dios.
Pero, para que podamos amar a Dios, debemos conocerlo.
Niños, el tesoro más grande que podrían llegar a descubrir,
es saber Quién es Dios.

Bien, la mayoría de ustedes tiene un patio en su casa.
¿Qué pasaría si yo les dijera que hay un tesoro enterrado en su patio?
¿Irían a buscarlo hoy después de la iglesia?
Me imagino que sí.  
Ahora, ¿qué pasaría si les dijera que está enterrado
a 3m de profundidad, pero que es el tesoro más grande del universo?
¿Aún así irían a buscarlo? Cavarían, y cavarían y cavarían.
¿Y qué tal si les dijera incluso que está enterrado a 3m de
profundidad en una roca sólida?  Estarían todavía ahí
cavando y cavando, deteriorarían /romperían
las cucharas de su mamá, todas las palas de su papá,  
porque ahí está el tesoro más grande en el universo.
Sin embargo, el tesoro más grande en el universo
es conocer a Dios, conocerlo a Él.

Entonces, para darle alegría al corazón de Dios,
para complacer a Dios, debemos conocerlo.
Pero hay otra cosa que necesitamos:
debemos saber cómo vivir de acuerdo a
Sus mandamientos.  ¿Ven eso?  
Ahora, en las Escrituras tenemos mandamientos,
y también tenemos principios de sabiduría.  
Tenemos que investigar/intentar descubrir
todas estas cosas para aprender cómo vivir.
¿Saben qué es una mentira?  
Una mentira es algo que no es verdad, sencillamente.  
¿Saben qué? Todos los días, el mundo está lleno de mentiras;
y esas mentiras les dirán cómo se supone que debe ser el mundo.
Pero eso no es verdad.  Y las mentiras pueden llevarlos por mal camino.
Por eso es que ustedes necesitan la Palabra de Dios.

Bien, tengo un pasaje que quiero leerles. ¿Están listos?
Está en Salmos 119:105 y dice simplemente esto:
"Tu palabra es una lámpara a mis pies;
es la luz que ilumina mi camino." [Reina Valera Contemporánea]
Ahora, jóvenes, quiero que piensen acerca de algo
por un momento, y si quieren, después,
cuando lleguen a casa esta noche, pueden hacer esto.
Padres, incluso ustedes pueden hacer esto con su hijo.

Apaguen todas las luces.  Apaguen todas las luces,
y entonces, traten de caminar por el living /la sala
sin romperse un dedo del pie.  Es muy difícil, ¿verdad?  
Es casi imposible.  Pero ustedes, padres,
lo que pueden hacer es que pueden poner a sus hijos
en un cierto lugar del living /la sala,
y luego le describen detalladamente un mapa que ya
han trazado, y díganle al niño de forma audible:
“Ahora, camina 5 pasos hacia adelante”.  
Ellos caminan 5 pasos hacia adelante.  
“Detente”.  Ellos se detienen.
“Ahora, camina 2 pasos a tu izquierda”.  Y ellos hacen eso.
“Detente”.  Y pueden dirigirlos todo el camino a través de la casa,
sin que ellos se peguen siquiera en el dedo del pie.
¿Por qué pueden hacer eso?  Porque hicieron caso a /escucharon
algo que era verdad, que les dijo cómo caminar. ¿Ven eso?  
Bueno, ¡esto es lo mismo!
Ustedes y yo no sabemos cómo caminar.
¿Quieren una lección realmente buena?  
Sus padres probablemente les han contado esto unas pocas veces:
Cuando naciste, saliste sin saber nada.
¿De acuerdo? ¡Nada!  Y si sabías algo, era erróneo.
Así que, ¿qué tuviste que hacer?  Tuviste que
aprender cómo caminar.  
Ahora, imagina esto:
¿Sabes que en tiempos de guerra hay una cosa terrible
que se llama “mina”. Y esto es algo que ponen bajo tierra,
que no se puede ver; pero, si pisas en ella, hará “clic” /se activará;
entonces, cuando quitas el pie de ella y no hay peso, explosiona /estalla.
Si eres un soldado, eso te asustará más que cualquier
otra cosa en una guerra.  Ahora bien, si tuvieras que  
caminar a través de un campo minado, ¿no sería bueno
tener un mapa que te dijera exactamente dónde están todas esas minas,
para que pudieras evitarlas? ¿No sería bueno eso?  
Bien, quiero decirte algo.
Si tu papá te dijera: “Anda a buscar el periódico”,
pero entre tú y ese periódico hubiera alrededor de 100 minas que
podrían hacerte volar por los aires.  ¿Irías a buscar ese periódico?
¡Es de esperar que no!  Pero, si tuvieras un mapa y dijeras:
“Bien, de acuerdo a este mapa, puedo dar dos pasos hacia adelante. ¡Ah, ah!  

Ahi va uno. Ahora, tengo que ir para este lado.  Bien, bien. ¡Estoy bien!”  
¿Se fijan?  Ahora, déjenme decirles algo:  
La mayoría de las personas que dicen ser cristianas hoy en día,
no hacen lo que les estoy diciendo en este momento.  
Dicen que creen en Jesús.  Y sin embargo, viven en el camino ancho.  
Caminan de una forma que a ellos les parece correcta.
E incluso si ustedes van a ellas con una Biblia, y les dicen algo
que la Biblia dice claramente, se van a enojar con ustedes.  
¡Nosotros no queremos ser así!  
Queremos creer en Jesús y hacer lo que Él dice,
porque a Él le va a complacer que hagamos lo que Él dice,
pero eso también te va a salvar la vida.  
Si quieres dar gloria a Dios, entonces estudia en Su Palabra
lo que Él dice que hagas y hazlo.  
Ahora, voy a finalizar con una historia que siempre les cuento
a mis hijos, una y otra vez.
Ellos la han escuchado un millón de veces.

Había un misionero en África.  Y,  un día, su hijito estaba jugando
bajo un árbol delante de la casa, y el misionero salió.
Y cuando salió, vio a su hijo jugando ahí, y le dijo: “¡Al suelo!”.
Y el niñito se dejó caer rápidamente, y cayó de bruces al suelo, así.  
Y entonces él dijo: “Arrástrate hacia mí”.  Y el niño se arrastró.  
Y entonces él dijo: “¡Párate!”.  Y el niño se paró de un salto.
Él dijo: ”¡Corre hacia mí!”  Y el niño corrió.
Claro, ustedes dicen: “¡Eso parece de locos!”.

Bueno, esto es lo que sucedió.  El padre salió
al corredor del frente, y miró, y su hijito estaba jugando,
y había una víbora mortífera
justo detrás de su cabeza, aquí [mostrando el lugar].
Una serpiente venenosa, ¡terrible!, colgando justo ahí.
Bueno.  Niños.  Si cuando el papá dijo
-vamos a suponer que tu papá está allá y tú estás jugando, y él dice:
“¡Al suelo!, y tú dices “¿Por qué?”-
[girando la cabeza hacia donde estaba la serpiente]
¿Se fijan? ¿Qué hubiera pasado si [hubiera dicho]?
“¿Por qué, papi?”, o “¡No quiero!”, o “¿Cómo es eso?”.
[y se hubiera vuelto hacia la serpiente]
Estaría muerto, ¿no es así?  
Pero fíjense en lo que el niño hizo cuando el padre dijo: “¡Al suelo!”.  
Él confió en su padre.
Padres, si van a demandar este tipo de confianza
-madres- más vale que sean confiables.
  
“¡Al suelo!”.  Él se tiró de bruces.  
Y entonces: “¡Arrástrate!”.  Él se arrastró por debajo de la serpiente.  
“¡Corre hacia mí”!.  Él corrió.
Esto, padres, también es bueno para nosotros.  
Absoluta obediencia hacia un Dios absolutamente,
completamente sabio, les salvará la vida.
Les salvará la vida.  
Oremos.
Niños, oremos.  
Padre, bendice a estos niños.
Que ellos puedan conocerte, Dios.  Que puedan amarte.
Que ellos, que sus vidas estén marcadas con alegría,
indecible y llena de gloria.
Que ellos salgan de este lugar, Señor
y puedan incluso ser misioneros alrededor del mundo.
Perdiéndolo todo, puede que aún sus vidas, por causa de Tu Hijo.
En el nombre de Jesús.  Amén.  Dios los bendiga.

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