viernes, 22 de julio de 2011

Autoridad Cósmica - Autor: John Mac Arthur

Título en inglés: "Cosmic Authority (Mark 1:21-28) John Mac Arthur" (54.50 min, puesto en Youtube por )

Autoridad Cósmica

Al venir a Marcos capítulo 1 otra vez, nos encontramos con los versículos 21 al 28. Los preliminares están hechos y Marcos comienza el relato mismo de los sucesos del ministerio de Jesucristo, el Hijo de Dios. 
Marcos empieza, en su historia de los acontecimientos del ministerio, con un incidente que tiene lugar en la sinagoga de la ciudad de Capernaúm.
Y el propósito de Marcos es demostrarnos lo que es esencial, si es que vamos a aceptar a Jesucristo, el Hijo de Dios, como el nuevo rey ... como el Mesías de Dios. Él debe hacer uso de poder sobre el gobernante actual de este mundo. Él debe ser capaz de romper las ataduras que Satanás mantiene, y que los demonios mantienen, sobre las almas de los pecadores.

Por lo tanto, Marcos comienza con un relato asombroso de cómo Jesús dominó a un demonio. Esta es una de muchas, muchas veces -y una de las muchas declaraciones sobre el poder de Jesús para hacer eso- que se hacen a través del primer capítulo, en el tercer capítulo, en el quinto capítulo. Todo esto debido a que es imprescindible que -si Cristo ha de venir y establecer su reino- tiene que derrotar al gobernante actual, que no es otro que Satanás. Él debe tener autoridad cósmica, autoridad que esté más allá de la autoridad humana, que esté más allá de este mundo temporal. Él debe tener un poder que se extienda en el universo.  Debe tener poder sobre todas las fuerzas del mal que existen en el universo.  Esto es necesario, si Él va a rescatar a los pecadores de la esclavitud de este poder del mal. Y, en consecuencia, encontramos a Marcos diciéndonos que Jesús tiene ese poder.

Ya ha registrado para nosotros, en los versículos 12 y 13, cómo Jesús venció al propio Satanás, el gobernante de ese dominio. Y ahora tenemos un incidente en el que muestra Su poder sobre los demonios. Y habrá más (por venir) en el resto de este capítulo y en los capítulos subsiguientes, no dejando duda alguna en la mente de nadie acerca de Su poder para romper la esclavitud de Satanás, que mantiene cautivos a los pecadores y los lleva camino al infierno.

Vamos a comenzar en el versículo 21: "Entraron en Capernaúm." Así es como comienza la historia del ministerio de Jesús ... “Entraron en Capernaúm”. Ellos, es decir, Jesús y los que lo seguían como sus discípulos.  “..., y tan pronto como llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar. 22 La gente se asombraba de su enseñanza, porque la impartía como quien tiene autoridad y no como los maestros de la ley. 23 De repente, en la sinagoga, un hombre que estaba poseído por un espíritu maligno gritó: 24 —¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios! 25 —¡Cállate! —lo reprendió Jesús—. ¡Sal de ese hombre! 26 Entonces el espíritu maligno sacudió al hombre violentamente y salió de él dando un alarido. 27 Todos se quedaron tan asustados que se preguntaban unos a otros: «¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva, pues lo hace con autoridad! Les da órdenes incluso a los espíritus malignos, y le obedecen.» 28 Como resultado, [inmediatamente, en la versión en inglés] su fama se extendió rápidamente por toda la región de Galilea.”  

Ahora bien, hay una serie de cosas que impresionan acerca de ese relato. La que me impresiona  en primer lugar es la marcada diferencia entre la respuesta de los demonios y la respuesta de la gente ante la autoridad de Jesús. Su autoridad asombró a la gente. Eso está indicado en el versículo 22 y de nuevo en el versículo 27, "la gente se asombraba." Por otro lado, los demonios estaban aterrorizados. La gente estaba asombrada, los demonios estaban aterrorizados. La gente se preguntaba, los demonios entraron en pánico.
¿Cuál fue la razón de la diferencia en las reacciones? Simplemente esto: la gente no sabía quién era Él; los demonios, sí. En el versículo 24 este demonio que habla, habla en nombre de todos ellos, cuando usa el plural "¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos? Yo sé quién eres tú: ¡el Santo de Dios!”
Los demonios sabían quién era Él, obviamente. Capítulo 3, versículo 11: “Además, los espíritus malignos, al verlo, se postraban ante él, gritando: «¡Tú eres el Hijo de Dios!».  

Capítulo 5.  Un hombre -dice el versículo 2- con un espíritu inmundo, saliendo de la tumbas donde vivía, es confrontado por Jesús. Él está pidiendo a gritos, dice el versículo 5: “Noche y día andaba por los sepulcros y por las colinas, gritando y golpeándose con piedras. 6 Cuando vio a Jesús desde lejos, corrió y se postró delante de él. 7 —¿Por qué te entrometes, Jesús, Hijo del Dios Altísimo? —gritó con fuerza—.  

En la primera mitad del evangelio de Marcos, los únicos seres que están seguros de quién es Jesús, son los demonios. Ellos lo conocen. Lo han conocido desde que fueron creados por Él. Lo han conocido desde que moraban en el cielo como ángeles santos antes de que se rebelaran. Lo han conocido desde que rodeaban el trono, antes de que Lucifer los liderara en su rebelión.

Lucas dice en el capítulo 4, versículo 40: “Al ponerse el sol, la gente le llevó a Jesús todos los que padecían de diversas enfermedades; él puso las manos sobre cada uno de ellos y los sanó.  41 Además, de muchas personas salían demonios que gritaban: «¡Tú eres el Hijo de Dios!» Pero él los reprendía y no los dejaba hablar porque sabían que él era el Cristo.”
No hay duda acerca de su conocimiento de Jesús. Aquí tenemos entonces el primer testimonio, en el evangelio de Marcos, de la identidad de Jesús y viene de un demonio; capítulo 1, versículo 24. Ellos saben quién es Él. De hecho, en la primera mitad del evangelio de Marcos, ellos son los únicos que están seguros.
En el capítulo 3, versículo 6, los fariseos y los herodianos no lo reconocieron como el Mesías y ya están tratando de encontrar una razón para matarlo.
En el capítulo 3 versículo 22, los escribas habían venido de Jerusalén y dijeron de Él: "Está poseído por Beelzebú, y echa fuera los demonios por medio del príncipe de los demonios."
En el capítulo 6 empezó a enseñar en la sinagoga, versículo 2: “—¿De dónde sacó éste tales cosas? —decían maravillados muchos de los que le oían—. ¿Qué sabiduría es ésta que se le ha dado? ¿Cómo se explican estos milagros que vienen de sus manos? 3 ¿No es acaso el carpintero, el hijo de María y hermano de Jacobo, de José, de Judas y de Simón? ¿No están sus hermanas aquí con nosotros? Y se escandalizaban a causa de Él.”

Los fariseos no sabían quién era. Los herodianos no sabían quién era. Los escribas no sabían quién era. La gente no sabía quién era. E incluso Sus propios seguidores no estaban seguros.
Si nos fijamos en el capítulo 8 versículo 17, Jesús admitió su discusión acerca de no tener suficiente pan. El problema con esa discusión era que acababan de estar en dos comidas milagrosas, una en la que alimentó a cinco mil, una donde alimentó a cuatro mil ... Él creó la comida. ¿Qué tan ciego se puede estar después de eso?  
Así que dándose cuenta de esta discusión Jesús les dijo: “¿Por qué están hablando de que no tienen pan? ¿Todavía no ven ni entienden? ¿Tienen la mente embotada? 18 ¿Es que tienen ojos, pero no ven, y oídos, pero no oyen? ¿Acaso no recuerdan?  19 Cuando partí los cinco panes para los cinco mil, ¿cuántas canastas llenas de pedazos recogieron  —Doce —respondieron.  20 —Y cuando partí los siete panes para los cuatro mil, ¿cuántas cestas llenas de pedazos recogieron? —Siete.  21 Entonces concluyó: —¿Y todavía no entienden?
Ellos no entendían. No fue sino hasta que, finalmente, tuvo lugar la gran confesión de Pedro, en el capítulo 8 versículo 29: "Tú eres el Cristo".

La primera mitad del libro de Marcos, los líderes no comprendían quién era Él. La gente no entendía quién era Él. Incluso Sus discípulos no estaban seguros de quién era. Esa fue la diferencia. La multitud estaba asombrada. Los demonios estaban aterrorizados. ¿La diferencia? Los demonios sabían que tenían razón para tener miedo.

Cuando los pecadores llegan a una verdadera comprensión de la persona de Cristo, cuando los pecadores llega a una verdadera comprensión de la autoridad de Cristo como el Hijo de Dios, también se aterrorizan. Y los pecadores aterrorizados tienden a correr/volverse en santo temor hacia Cristo por perdón y gracia, algo que los demonios no pueden hacer. Ellos estaban aterrorizados y no podían ser salvados. La gente estaba asombrada y no sería salva. Así que la gente asombrada y los demonios aterrorizados terminan en el mismo infierno.

Santiago 2:19 dice: "Los demonios creen y tiemblan." ¿Qué hace temblar a los demonios? ¿Qué hace gritar a los demonios?  Por cierto, les leí una serie de pasajes en Marcos en los que los demonios siempre están gritando cuando hablan. Y es necesario entender algo. Gritan porque están aterrorizados de Jesús. Gritan porque están en pánico, porque saben hacia dónde van. Saben acerca del lago de fuego mucho antes de que Jesús se refiriera a él en Su Discurso en el Monte de los Olivos en Mateo 25:41. Ellos saben sobre el lago de fuego -y que van allá- mucho tiempo antes de que el libro de Apocalipsis fuera escrito para describirlo, en el capítulo 20. Saben acerca de él, porque saben desde el momento en que fueron expulsados ​​del cielo hacia dónde se dirigen. Ellos saben que su destrucción está por venir. Están aterrorizados. No pueden resistirse a gritar.

Ustedes notarán que en el versículo 23, al final, gritó, “Anakrazo", significa gritar con fuerte emoción, chillar. Estos son los gritos intensos de alguien que sufre, alguien traumatizado.  El mismo verbo se usa después para referirse al tipo de miedo que es expresado por determinadas personas en la presencia de Cristo. Ellos entran en pánico, porque Jesús ha llegado.

Ahora quiero que tengan algo en mente. Esta es una cosa importante de entender. Los demonios no atacan a Jesús durante su ministerio, atacan las almas de los pecadores.  Siempre han hecho eso.  Siempre van a hacer eso. No atacan a Jesús. Jesús los ataca a ellos. Sólo por Él aparecer, entran en pánico. Están aterrados. Quedan al descubierto /Son desenmasacarados. No pueden contener su miedo, porque mientras que son invisibles para nosotros, ellos saben que para Él no son invisibles. Y cuando están en Su presencia son plenamente conscientes de que los reconoce y, por lo tanto, deben chillar/gritar por el terror que se apodera de sus almas malvadas. El demonio en este hombre es una figura representativa del pavor del demonio que existe en todos los demonios cuando son confrontados por Jesús. Así que esto no es una ilustración de Jesús yendo a través de su ministerio atacando demonios. Los demonios siempre están ahí. Están por aquí ahora.  Estaban ahí antes.  Estarán por acá hasta que el Señor venga y los lance a todos al Lago de Fuego al final de la época del reino milenario. Siempre están presentes, pero no siempre se ponen al descubierto/se desenmascaran.
Recuerden, Satanás es un ángel de luz y todos sus ministros se disfrazan como ángeles de luz. Ellos quieren ocultarse en la religión. La última cosa que un demonio quería hacer era revelarse a sí mismo en una sinagoga, porque la idea de ser un ángel de luz es cubrirse a uno mismo en un ambiente religioso. En todas las religiones falsas habitan los demonios. En un grado u otro, ellos poseen, oprimen, obsesionan, lo que sea, a la gente. Los falsos maestros están demonizados, haciendo brotar doctrinas de demonios por poder demoníaco sobrenatural. Los falsos maestros están en el dominio/reino de Satanás. Las falsas observancias están en el dominio de Satanás. Los demonios van a la iglesia. Ellos asisten a todos los servicios religiosos. Si usted fuera a la reunión mormona, ésta está en el reino de Satanás, está controlada por demonios, pero usted no vería demonios gritando, porque no se revelan a sí mismos. Están escondidos/ocultos en su falsa religión.

Pero Jesús los expone simplemente apareciendo, y no pueden contener su terror.
Este incidente también se registra en Lucas 4:31 al 37, y responde a esta pregunta básica muy importante en cuanto a si el Hijo de Dios puede salvar a los pecadores del reino de Satanás. Y la respuesta es: Él ya tiene todo poder sobre Satanás y también sobre los demonios, como se ilustra aquí.
¿Puede Él transferir a los pecadores desde la potestad de las tinieblas al reino de Su propio poder/control? ¿Puede hacer eso como lo dice Colosenses 1:13? ¿Puede sacarlos del reino de las tinieblas al dominio/reino de la luz?  
¿Puede sobrepasar a Satanás, que ha mantenido a los pecadores cautivos a lo  largo de su vida, de acuerdo a Hebreos 2:14 y 15?
En Juan 8:44 Jesús dice: "Ustedes son de su padre el diablo," .  
En 1 Juan 5:19, "El mundo entero está bajo el control del maligno."
Segunda de Corintios 4:3 y 4, "El Dios de este siglo cegó el entendimiento de los incrédulos."
Efesios 2, "Todos los incrédulos están bajo el control del príncipe de la potestad del aire, el espíritu que opera en los hijos de desobediencia."  
Y en Hechos 26:18 se dice que la salvación lo vuelve a uno del dominio de Satanás a Dios.

Ahora bien, si los pecadores, por ende, deben ser liberados del dominio satánico, entonces el libertador debe tener poder sobre ese reino.  ¿Puede?  ¿Puede Él arrancar, por así decirlo, a los pecadores de las garras de los demonios?
Bueno, de acuerdo a 1 Juan 3:8: "El Hijo de Dios fue enviado precisamente para destruir las obras del diablo."  El nuevo rey tiene que demostrar Su poder de destronar a Satanás, para rescatar a los pecadores de su poder. La necesidad de la raza humana es doble:
Uno, es necesario un sacrificio por nuestros pecados. Necesitamos un sustituto que pague el castigo por nuestro pecado, para que no tengamos que pagar la pena.
Y luego, necesitamos a alguien que tenga el poder para rescatarnos del dominio de Satanás.
Y por eso nuestro Señor Jesús dejó el reino divino y vino a este mundo para ser el sacrificio por nuestros pecados en la cruz, y para demostrar Su poder para destruir el control /dominio /posesión de Satanás y los demonios y rescatar a los pecadores.

Los espíritus malignos, los demonios saben por qué el Hijo de Dios ha llegado. Ellos saben que la batalla está encendida.  Saben que el Reino ha llegado, porque el Rey está presente. Y están muy conscientes de que esto podría significar que su destrucción es inminente. Por lo tanto, más que en cualquier otro momento de la historia, intensifican su actividad en el ámbito del judaísmo. No quieren ponerse al descubierto, pero no pueden evitarlo cuando son confrontados por Jesús. Y Su invencibilidad sobre ellos se hace manifiestamente evidente.

Ahora, en este pasaje, vamos a hacer la pregunta ... ¿qué hace chillar a los demonios cuando se enfrentan a Jesús? ¿Qué (cosa) de Él es lo que los hace entrar en pánico? ¿Qué es lo que los aterroriza de Él?

Número uno, la autoridad de Su Palabra ... la autoridad de Su Palabra.
Todo se debe a su autoridad cósmica.  Versículos 21 y 22: "Entraron en Capernaúm, y tan pronto como llegó el sábado, Jesús fue a la sinagoga y se puso a enseñar.  22 La gente se asombraba de su enseñanza, porque la impartía como quien tiene autoridad y no como los maestros de la ley.”
Ahora, sólo en un sentido general, a los demonios no les gusta la verdad, no les gustaba el hecho de que Jesús llegara y enseñara la verdad, porque también saben que la única forma posible en que las personas engañadas pueden ser liberadas de sus garras es por medio de la verdad. Aquí llegó Jesús enseñando la verdad ... la verdad que hace daño a su reino. Aparte de la verdad, nadie puede ser rescatado de sus garras. Él viene con enseñanza autoritativa de la verdad.

Ahora miremos un poco a la escena. "Ellos ..."  queriendo decir Jesús y Sus discípulos recién llamados. Ustedes conocieron a algunos de ellos en el pasaje anterior, y esos que eran Sus discípulos entran en Capernaúm. Aquí es donde Marcos comienza. Recuerden, Él ha sido bautizado por Juan en el río Jordán; se fue a Judea en el sur de Jerusalén; tuvo un ministerio ahí durante meses y meses, llegando finalmente a Galilea y todo lo que  Marcos nos dice es que entraron en Capernaúm. Capernaúm, kaphar-Nahum. Nahúm es el nombre del profeta Nahúm. Kaphar es “pueblo”, “el pueblo llamado Nahúm”.
Esto está en el extremo noroeste del Mar de Galilea, en la parte superior del Mar de Galilea. Es una ciudad que se convirtió en la ciudad más grande del lago, porque era cruce de caminos. Personas pasaban por esta ciudad yendo hacia el norte y el sur y al este y el oeste.  Había una guarnición romana, ya que era un área potencial de delincuencia, porque no había tanta acción, tanto comercio, tanto tráfico de viaje. Había una oficina de impuestos aduaneros también. Pertenecía a la tetrarquía de Herodes Antipas, en la frontera de los dominios de su hermano Felipe.

Capernaúm se convirtió en la sede de Jesús, al parecer, durante su ministerio en Galilea. No fue Nazaret, desde donde vino, porque ustedes recuerdan que la primera vez que fue a Nazaret, según Lucas 4, y predicó en la sinagoga, trataron de echarlo por un precipicio. Y, por cierto, Capernaúm era un lugar hermoso -todavía lo es- pero un lugar muy, muy pecador, muy lejos de Jerusalén, lejos de, comillas "Influencias Santas" del corazón/centro del judaísmo, en la periferia de un mundo “gentil” [no israelita]. Era un lugar muy malo. De hecho, en Mateo capítulo 11, Jesús llegó a decir que sería mejor para Sodoma que para Capernaúm en el día del juicio. Los pecados de Capernaúm, pecados viles, y la oportunidad de Capernaúm de estar expuesta a Cristo les dio una mayor responsabilidad. Y es por eso que será “más tolerable [el castigo]” para Sodoma que para Capernaúm en el día del juicio, Mateo 11:23 y 24.

Capernaúm tuvo una vez un paseo de alrededor de 2500 piés de largo, según nos dicen los historiadores, una pasarela literal en la parte superior de un muro de ocho pies en el borde del lago y el muelle ... los muelles, tal vez varios de ellos, entrando por lo menos un centenar de piés en el lago; era un centro de pesca y fue el centro comercial de la región de Galilea. Sólo para darles una perspectiva.
Nazaret está aproximadamente 1300 piés sobre el nivel del mar y Capernaúm está a alrededor de 690 bajo el nivel del mar, así que era derecho hacia arriba a Nazaret, y derecho hacia abajo a Caperrnaúm. Jesús fue ahí, estableció su base de ministerio ahí. Y habiendo llegado ahí, dice, de inmediato el sábado entró en la sinagoga y comenzó a enseñar. Lucas 4:16 dice: "Como era Su costumbre." Él fue a la sinagoga, como era Su costumbre. Por supuesto Él iba a la sinagoga todos los sábados.

Ahora, ¿qué es una sinagoga?  Una sinagoga es, simplemente, un lugar de encuentro, un lugar de reunión local, un lugar de encuentro local. No hay sinagogas en el Antiguo Testamento; tenían un templo. El templo era el centro de todo. No hay ninguna indicación de que hubiera lugares de reunión local. Había sacerdotes esparcidos por toda la tierra de Israel, sacerdotes que hacían alguna enseñanza, ayudaban a la gente, los aconsejaban, eran consejeros espirituales y todo eso; pero no hay tal cosa como una sinagoga en el Antiguo Testamento. Salen del cautiverio, la cautividad de Babilonia. Israel es llevado cautivo el año 586 A.C. Ellos van a Babilonia; no han conservado el templo, el templo es destruído, quieren reunirse, se juntan en pequeños grupos.
Sinagoga es simplemente una palabra que significa reunirse, agruparse; y ellos se reunían cuando estaban en cautiverio. Cuando regresaron bajo Nehemías, tomaron el concepto de la sinagoga de nuevo y, al parecer, se trata entonces de su experiencia en cautiverio. Las sinagogas empezaron a proliferar después de la cautividad y, por el tiempo de Jesús, por ejemplo, el Talmud dice que había 500 de ellas sólo en Jerusalén. Eran como iglesias locales, asambleas locales.
Según Filón, a las sinagogas se las llamó Casas de Instrucción, porque ahí se leía la ley en el día de reposo, y se explicaba. Y durante la semana era una escuela. Y también durante la semana era un tribunal civil.
Los escribas que enseñaban, los ancianos que enseñaban, se convertirían en jueces que iban a decidir en los casos legales. Por lo que fueron lugares muy, muy importantes en ciudades y pueblos.
Josefo dice que había alrededor de 240 pueblos y aldeas en Galilea, y todos tenían sinagogas.
Capernaúm habría tenido más de una... Capernaúm habría tenido muchas, sólo se necesitaban diez hombres para establecer una sinagoga. Si había diez hombres, eso era suficiente para iniciar una sinagoga.
Se juntaban. Se leía la Ley en el día de reposo. Se les explicaba la Ley.
Cada sinagoga tenía un gobernante que realmente era el organizador, una especie de persona ejecutiva, no necesariamente un pastor o un maestro. Luego había ancianos. Los ancianos se encargarían de la lectura y explicación de la Ley, a menos que hubiera un escriba de visita que haría eso.

Ahora, cuando el Señor viene, las sinagogas proporcionarían, entonces, una oportunidad ya preparada para que Él fuera de un lugar a otro, de pueblo en pueblo, de barrio en barrio, y enseñara y explicara Su mensaje. Tal vez sólo llegaron a existir para este único fin. Y su tradición era que rabinos visitantes hablaran, así que no era una intrusión que un invitado viniera.

Ahora, por el tiempo en que Jesús llegó a Capernaúm, de acuerdo a Lucas 4:14, “regresó a Galilea en el poder del Espíritu, y se extendió su fama por toda aquella región.”.  Ese texto también dice que fue elogiado por todos. La Palabra había salido de Su ministerio en Judea -que duró casi un año- de todo Su poder, Su enseñanza, Sus milagros, de todo eso.  Todos estaban muy conscientes de eso cuando Él llegó.   Entra en Capernaúm, por supuesto ellos quieren que Él les enseñe. Deseosos de escucharlo, le dan la oportunidad y Él comenzó a enseñar.

Ahora bien, Marcos no nos dice nada acerca de lo que Él enseñó. El foco no está en el contenido, pero ese es más o menos el enfoque de todos modos.
Pero lo que vemos es la respuesta, versículo 22 "estaban asombrados de Su enseñanza." ¿Por qué? "Porque les enseñaba como quien tiene autoridad y no como los escribas."

Vamos a empezar con la primera parte, "quien tiene autoridad." ¿Qué significa eso? En general, hay una cierta ... había una especie de objetividad para esto. Había una especie de carácter absoluto para esto. Había un nivel de convicción al que no estaban acostumbrados. Él no citó a nadie. Esto es una reminiscencia del Sermón de la Montaña, Mateo 7:28 y 29 dice que después del Sermón de la Montaña se quedaron asombrados, porque hablaba como quien tiene autoridad. ¿Qué es autoridad? Exousia, gobierno/reino, dominio, jurisdicción, derecho absoluto, poder, privilegio, prerrogativa. Él acaba de hablar con esta convicción absoluta, objetividad, autoridad, dominio, como si estuviera a cargo y como si esto fuera la verdad, y eso fue todo.

Y, dice en el versículo 22, "no como los escribas”... no como escribas.
¿Cómo hablaban los escribas?  Bueno, no hablaban con autoridad; citaban a otros rabinos. Este rabino dice esto ... este rabino dice esto ... Hay algunas personas que piensan que este rabino tiene razón, hay algunas personas que piensan que ese rabino está en lo correcto. Y se enorgullecían de ser capaces de conectarse con el pasado y citar a varios rabinos reverenciados.
Aquí hay alguien que no cita a nadie. No consigue Su teología de nadie. No da cinco puntos de vista. Esto no es a lo que estaban acostumbrados.

Hubo otras diferencias también. Su enseñanza era absoluta, no arbitraria. Su enseñanza era lógica, no evasiva. Su enseñanza era concreta, no esotérica. Su enseñanza era razonable, sistemática.  No mística, no turbia. Su enseñanza era sobre asuntos esenciales, no sobre trivialidades. Sus enseñanzas eran claras, por medio de ilustraciones y progresión.  No confusas, no alegóricas. Sus enseñanzas tenían la convicción de la veracidad, no eran meramente sugerencias. Ellos nunca habían oído nada igual, nunca. Eso está ligado a la palabra "asombro".
Hay un número de palabras del Nuevo Testamento que se pueden traducir como: sorprendido, o asombrado, o maravillado. Esta es la más fuerte: ekplesso. Un lexicón/diccionario dice que significa "dejar a una persona fuera de sus sentidos /perturbar a alguien mediante un sentimiento fuerte/una fuerte impresión”. Él, en el lenguaje local, los afectó con intensa emoción. Nunca habían oído nada como eso. Nunca habían oído nada igual.

Los escribas se enorgullecían de la familiaridad con todos los puntos de vista posibles. Ellos se enorgullecían de sus contemplaciones/meditaciones laberínticas, sus ideas oscuras, sus nociones místicas y de nunca decir nada original. Los escribas, por cierto, eran los hombres de la enseñanza fundamental, hombres solamente, en la sociedad judía del primer siglo. Su linaje se remontaba a Esdras, quien, de acuerdo a Esdras 7, leían la Ley y la explicaban, básicamente.  Encontramos eso también en Nehemías 8. Él es el primero en su linaje, si se quiere; eran los que explicaban las Escrituras.
Recuerden, la mayoría de la gente era analfabeta. La gente no tenía copias de las Escrituras porque estaban en rollos guardados en lugares muy, muy privados, sólo disponibles en la sinagoga al que tenía acceso a los rollos, el jefe de la sinagoga, la persona encargada de eso. Así que la gente tenía que escuchar leer la Escritura y tenían que explicárselas. Así que los escribas se convirtieron en los que se ocupaban de las Escrituras. Ellos eran los que la leían y  los que la explicaban.
Llegaron a ser tan venerados y honrados, que se les dio el título de rabino.  Rabino es un título que significa honrado; y se le dio a los escribas. Ellos eran los juristas civiles, como ya dije. El Sanedrín estaba compuesto de ellos, el cuerpo gobernante de Israel. Ellos eran la élite, porque manejaban la Escritura. Recuerden, ellos veían a su nación como una teocracia. Así que el que  Jesús ignorara su enfoque de honor, el que Jesús diera un enfoque completamente diferente fue una conmoción.  Y el que Jesús hablara con autoridad sin citar a nadie, y concreta y objetiva y claramente era algo a lo que ellos no estaban acostumbrados en absoluto.
Pero si ellos no estaban acostumbrados a eso, y les sorprende, aterrorizó al demonio que vivía en un hombre.  El versículo 23 dice: "Justo entonces," o si se quiere otra vez "inmediatamente ... inmediatamente," ¿qué quiere decir inmediatamente? En el momento en que Jesús está enseñando, y la gente en asombro absoluto, había un hombre en su sinagoga con un espíritu inmundo, y gritó. Fue lo que Jesús dijo lo que golpeó/impresionó a ese demonio en la sinagoga ese día y el demonio explotó, quedando al descubierto.

¿Qué aterrorizó al demonio?  
Lo que aterrorizó al demonio fue la verdad. Sabía que con la llegada de Jesús estaba la llegada de la verdad. Los demonios sabían que habían desarrollado un inexacto sistema de religión falsa que era un gran éxito en Israel. Y mantenía cautiva a la gente hacia su condenación. Nuevamente se disfrazan como ángeles de luz. Se esconden en medio de la religión falsa.
Satanás es antes de todas las otras cosas un mentiroso y un asesino. Él quiere atrapar a todo el mundo en el engaño y luego matar sus almas eternas. La verdad es, por lo tanto, mortal para la operación demoníaca ... mortal. Aquí es donde viene el conflicto inicial.
En Juan capítulo 8 versículo 44, esto se destaca con audaz claridad. Jesús hablando a los judíos dice: “Ustedes son de su padre, el diablo, cuyos deseos quieren cumplir. Desde el principio éste ha sido un asesino, y no se mantiene en la verdad, porque no hay verdad en él. Cuando miente, expresa su propia naturaleza, porque es un mentiroso. ¡Es el padre de la mentira!” … el padre de la mentira.  “Y sin embargo a mí, que les digo la verdad, no me creen.
Ahí está el conflicto. Satanás es un mentiroso, él suministra mentiras. Él desarrolla doctrinas demoníacas mentirosas. Él trama falsos sistemas de religión, todos los sistemas de religión que no sean el verdadero evangelio son mentiras de Satanás. Estas son las fortalezas de 2 Corintios 10:3 al 5, las fortalezas que deben ser destruídas, para que los pecadores sean liberados y llevados cautivos a Cristo.

Así que la característica esencial, lo primero que hace gritar a los demonios, el primer ataque contra ellos procede de la autoridad de Cristo como lo muestra en Su Palabra. La verdad aplasta las mentiras de Satanás. La verdad destruye sus fortalezas, sus fortalezas ideológicas.

Por otro lado, a la inversa, descuidar la verdad deja a sus víctimas en su esclavitud. Las fuerzas del infierno tienen un miedo mortal de la verdad. Tienen un miedo mortal del verdadero evangelio.  El mundo odia la Escritura. ¿Entienden eso? Los hombres, por naturaleza, odian la Biblia, porque la verdad no está en ellos. Ellos odian la verdad, ya que pertenecen al reino de las tinieblas. Son de su padre el diablo, y todos estábamos allí una vez. Odian el verdadero evangelio. Odian el mensaje liberador de salvación.
Todos yacen bajo el dominio de Satanás. Satanás lo odia, todo bajo su control lo odia por naturaleza, y por la influencia satánica. Pero cuando se trata de demonios, nada les asusta más que la verdad. Nada es más mortal para su dominio de la verdad del evangelio.

Pero los demonios son también aterrorizados por el Hijo de Dios, no sólo por la autoridad de Su Palabra, sino por la autoridad de Su juicio, en segundo lugar. "Justo entonces," el versículo 23 de nuevo "... un hombre que estaba poseído por un *espíritu maligno gritó:24 —¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos?” Ahí está de nuevo ese “inmediatamente”. Un hombre con un espíritu inmundo, espíritu inmundo es un sinónimo del Nuevo Testamento para un demonio, ángel caído. Lo encontramos usado de nuevo en el capítulo 5, versículo, 2 del hombre en el país de los gadarenos [gerasenos, en la NVI] que sale de las tumbas con un espíritu inmundo.

Ahora, de nuevo, sólo un recordatorio. Este tipo de posesión de demonio siempre ha sido una realidad en el mundo. Los demonios siempre han tenido su camino con aquellos en su dominio. Pero lo que ocurrió durante el ministerio de nuestro Señor Jesucristo no tiene parangón ni antes ni después. Por ejemplo, no hay ningún lugar en el Antiguo Testamento donde se tenga una ocasión de posesión demoníaca. ¿Estaban los demonios ahí?  ¡Sí! Pero ellos estaban bajo cubierta/escondidos, en secreto. Después del ministerio de Cristo, después de los evangelios, sólo hay dos informes de posesión demoníaca.  Uno se encuentra en Hechos 16 y el otro en Hechos 19, luego de eso ninguno ... ninguno en las epístolas.

Lo que sucedió fue que los demonios están muy contentos de estar escondidos. Ellos no quieren ser expuestos, pero durante el ministerio de Jesús, cuando Él se presentó, entraron en pánico y dijeron en voz alta: "Tú eres el Hijo de Dios," y cuando dijeron eso Jesús los hizo callar. Él los hizo callar. Usted ve eso en el versículo 34, que Él permitió a los demonios ... que Él no permitía hablar a los demonios, porque ellos sabían quién era Él y Él no quería a los demonios como sus agentes de publicidad, porque eso alimentaría el ya creciente frenesí de que Él hizo lo que hizo por el poder de Satanás. ¿Quién podría negar eso si Sus agentes son demonios? Así que cada vez que ellos afirmaron quien era Él, los hizo callar.
La posesión demoníaca ha estado siempre presente, pero nunca fue tan manifiesta, en toda la historia bíblica, como lo fue durante el ministerio terrenal de Jesús, y en menor medida en el ministerio extendido de los Apóstoles; porque Él delegó el poder sobre los demonios a los Apóstoles también, porque Satanás se disfraza a sí mismo. Y como he dicho, los demonios se sientan en cada servicio religioso. Se paran en todos los púlpitos religiosos falsos. Se ponen el traje de los líderes espirituales.
Pero en tiempos de Jesús, fueron expuestos, con salvajismo: deformidad física, crisis convulsivas, tormento, auto-mutilación, desnudez, gritos ... ellos siempre gritaban en su presencia.
Este hombre grita. Él grita porque no puede ayudarse a sí mismo. Este es el demonio gritando a través de las cuerdas vocales del hombre. Los demonios se estremecían, se aterraban ante la presencia del Hijo de Dios y Su proclamación de la verdad. Él está tan aterrorizado que se revela/ manifiesta, aunque no quiere.  Una vez que se manifiesta, Jesús lo silencia y lo hace callar, porque no quiere que él promueva Su verdadera identidad.

Miren lo que dice:  ¿Por qué te entrometes, Jesús de Nazaret? ¿Has venido a destruirnos?
Literalmente en el griego: "¿Qué hay entre nosotros y Tú? ¿Qué tenemos en común? Sabemos ... sabemos que esto es acerca de Ti y de nosotros, ¿es este el momento de nuestra destrucción? Tengan en cuenta el "nosotros ", él habla por todos los demonios. Él quiere saber por qué Jesús ha invadido su reino ahora. "¿Qué está pasando aquí? ¿Qué hay entre Tú y nosotros? ¿Qué tenemos que ver el uno con el otro, Jesús de Nazaret? ¿Por qué ahora? ¿Es esta la hora de nuestra destrucción final? "

Él sabía, 1 Juan 3:8, que Cristo fue revelado para destruir las obras del diablo. Como les dije, él sabía sobre el Lago de Fuego. Él sabía, junto con el resto de los demonios que fueron expulsados ​​del cielo, dónde se dirigían. Sabían que eran irredimibles. El demonio conocía el plan de Dios. Él sabía que ellos terminarán en el lago de fuego. Los demonios hicieron todo lo posible para luchar contra ello. Mateo 11:12 dice: "El Reino de Dios sufre violencia." Una de las razones por las que había un paso tan violento para entrar en el reino, era porque había que luchar contra su propia carne, su estado caído, su propio orgullo. Había que estar dispuesto a crucificarse. Había que estar dispuesto a tomar su cruz, por decirlo así, seguir a Cristo; había que estar dispuesto a obedecerle, a negarse a si mismo. Y entonces había que abrirse paso a través de la resistencia del demonio. El Reino sufre violencia; a menudo, la violencia era la violenta lucha, la lucha feroz con los poderes demoníacos.

Pero ellos conocían su inevitable condena. En el capítulo 5, vamos a leer sobre el hombre poseído por el demonio en la tierra de los gerasenos, que dijo: "¿Has venido a atormentarnos? ¿Has venido a atormentarnos? No nos envíes a la fosa. No nos envíes a la fosa. “Envíanos a los cerdos.” ¿Qué hace gritar a los demonios? La autoridad de Jesús en Su Palabra, porque Su Palabra acaba con sus mentiras. La autoridad de Jesús en el juicio, porque saben que Él es su Juez y saben que el lago de fuego ha sido preparado para ellos. Lo sabían antes de que se hubiera escrito en las Sagradas Escrituras en Mateo 25:41, y sabían que Jesús era el Juez que tenía el poder para enviarlos allá.

Lo que hace gritar a los demonios, en tercer lugar, es la autoridad de Su pureza ... la autoridad de Su pureza. Por cierto, lo llaman “Jesús de Nazaret”, como algo de menor importancia/restándole importancia. Ese fue el nombre más común que se le dio a Él y fue siempre un nombre de menosprecio ... Jesús de Nazaret, ya que Nazaret era considerada como una ciudad despreciable. Y así, hablan de Él con el mismo desprecio con el que otros hablaban de Él... la idea absurda de que el Mesías vendría de Nazaret. Así que se unen al menosprecio, al mismo tiempo que expresan su terror. Pero, por supuesto, no se podía esperar que hicieran otra cosa que no fuera algo miserable/espantoso.

Pero ellos saben quien es Él. Final del versículo 24 [Marcos 1]: "Yo sé quién eres Tú, el Santo de Dios." Cuando el ángel vino a María, Lucas 1:35, dijo: “vas a tener un hijo santo”, Hijo del Dios Altísimo [v.32].  Los demonios saben eso. El Santo de Dios, por cierto, está en marcado contraste, ¿no es así?, al espíritu inmundo. ¿No es rarísimo, un demonio inmundo espantoso diciendo “Eres el Santo de Dios”?
Los demonios saben que el Hijo es santo como el Padre es santo. Y los demonios, que son la maldad máxima/absoluta, tiemblan ante la santidad perfecta ... al igual que el pecado se encoge en presencia de la virtud. La pecaminosidad absoluta se encoge en presencia de la santidad absoluta. Ellos saben que Dios es santo. Ellos saben que el Hijo es santo. Ellos saben que fueron expulsados ​​del cielo, porque no son santos. Ellos saben que una vez que se enfrentaron a la santidad de Dios y fueron expulsados ​​de su presencia, se dirigen a un lago de fuego. Ellos saben que lo van a enfrentar otra vez. Ellos son permanentemente impíos, permanentemente desdichados. Ellos conocen la experiencia que el pecado original trajo sobre ellos y saben que la experiencia que les espera en el lago de fuego es aún peor, más restrictiva. Y gritan ante la anticipación del tormento. El Santo lidiará con/se ocupará de estos espíritus inmundos.

En cuarto lugar, gritan ante la autoridad de Su poder ... gritan ante la autoridad de Su poder. Jesús lo reprendió diciendo: [Mc 1:25]"Cállate, sal de él. 26 “Entonces el espíritu maligno sacudió al hombre violentamente y salió de él dando un alarido."

En este punto/A estas alturas, aún no es tiempo para la destrucción de los demonios, eso aún está por venir. Pero este demonio probó en carne propia la autoridad y el poder que Cristo tiene sobre ellos. Este es el mismo poder que un día les hablará en el lago de fuego. Jesús lo reprendió. Él tenía la autoridad inmediata para encomendar. Sin diálogo, sin negociación, sin fórmula, sin oración, sin exorcismo: poder absoluto.
No hay tal cosa en la Biblia como un exorcismo, no hay tal cosa. Jesús los mandó y se fueron. Jesús delegó ese poder a Sus apóstoles y ellos hicieron lo mismo. Y las únicas personas que alguna vez tuvieron demonios en ellos eran no-creyentes. Y Él les habló por el poder de Su propia autoridad. "¡Cállate!” No quiero que declares quien soy. No necesito publicidad tuya.  Lo mismo vimos, ¿no es así?, en el libro de Hechos en el capítulo 16, donde una niña poseída por el demonio está corriendo la voz acerca de Pablo, de que él es el siervo de Dios y Pablo echa fuera el demonio y le dijo: "yo no necesito publicidad del infierno." Jesús dice: "¡Cállate y sal de él".

Nadie tiene ese poder, gente. No se puede hacer eso. No se puede caminar hasta un no-creyente, si se pudiera discernir que ese no-creyente tuviera demonios, y mandar a los demonios que salgan.  Eso perteneció a Jesús y a los Apóstoles. Pero cada vez que llevan el evangelio a un no-creyente y él pone su fe, o ella pone su fe en el Señor Jesucristo, Él los deja limpios y los demonios huyen.
Bueno, el demonio quiere quedarse. Él quiere mantener cautiva esa alma para el infierno. Y por eso protesta, versículo 26, sacudiendo al hombre con convulsiones, “sparasso” en el griego, agitar en gran medida, sacudir/convulsionar, retorcer por convulsiones o ataques. Produciéndole convulsiones, los espíritus inmundos que gritaban a gran voz, salieron de él.
Una protesta final, pero obediencia necesaria. El poder los hace gritar, al igual que la verdad los hace gritar, al igual que la pureza los hace gritar. Siempre que son confrontados por Cristo están aterrorizados, porque tienen razones para estar aterrorizados.

Pero el demonio hace una declaración final golpeando al hombre con convulsiones. Me recuerda a Mateo 17, llegaron a una multitud, un hombre se acercó a Jesús, versículo 14, cayendo de rodillas delante de Él y le dijo: 15 “—Señor, ten compasión de mi hijo. Le dan ataques y sufre terriblemente. Muchas veces cae en el fuego o en el agua.”.
Este es un muchacho poseído por demonio.  El demonio lo tira al agua para ahogarlo, lo lanza al fuego para quemarlo.  Y Jesús responde y dice, porque el hombre dijo que los discípulos no pudieron curarlo:  17—”¡Ah, generación incrédula y perversa! —respondió Jesús—. ¿Hasta cuándo tendré que estar con ustedes? ¿Hasta cuándo tendré que soportarlos? Tráiganme acá al muchacho.”   
Jesús lo reprendió y el demonio salió de él, y el muchacho fue curado en seguida.
¿Tiene Él poder para darles reposo/liberar a las almas del reino de las tinieblas? ¡Absolutamente!.

Así que volvamos a Marcos 1. En este caso, el hombre comienza a convulsionar, pero Lucas nos dice en Lucas 4:35, su registro del mismo incidente: El hombre no sufrió ningún daño ... el hombre no sufrió ningún daño. No hay información acerca del hombre, porque él no es el enfoque. Él no es el punto. La atención está en el Hijo de Dios que muestra públicamente poder divino. Por Su propia autoridad envió al demonio fuera. Jesús está mostrando que Él es el Mesías, Él es el Rey, Él es el Salvador, Él está trayendo el Reino. Él tiene el poder que necesita para romper las ataduras que Satanás posee. Él puede destruir a Satanás y sus fuerzas y librar las almas. El poder del rey es ahora visible. Es inequívoco/No cabe duda.
¿Cómo lo sabemos? Versículo 27: Todos estaban atónitos. Habían sido asombrados, ahora estaban más sorprendidos. “Todos se quedaron tan asustados que se preguntaban unos a otros: “¿Qué es esto?”  Esto es lo que podríamos llamar el rumor, no un debate en un sentido formal.  Es el rumor... “¿Qué es esto? ¡Una enseñanza nueva, pues lo hace con autoridad! Les da órdenes incluso a los espíritus malignos, y [ELLOS] le obedecen.»

Todo el mundo sabía. Todo el mundo sabía, Él enseñó como nadie enseñaba y todos sabían que Él tenía un poder que nadie, nunca poseyó. De acuerdo a Mateo 09:33 echó un demonio de un mudo y decían que nunca había sido visto en Israel.

Lo que hace gritar a los demonios es la autoridad de Cristo. Los aterra. Y los aterrorizaría a ustedes, también.   Debería aterrorizar a los pecadores en la forma en que aterroriza a los demonios. La diferencia es que los pecadores no entienden la realidad de su destino ... los demonios lo hacen/entienden. No es suficiente ser asombrado por Jesús. La gente asombrada y los demonios aterrorizados pasarán la eternidad en el mismo lago de fuego. Jesús no quiere su asombro. Él no quiere su sorpresa. Él quiere su miedo. Él quiere que le teman como juez y luego corran hacia él como su Salvador.

"Inmediatamente", el versículo 28 dice: “Como resultado, su fama se extendió rápidamente por toda la región de Galilea.”  Y ese fue sólo el comienzo. Vamos al versículo 39: “Así que recorrió toda Galilea, predicando en las sinagogas y expulsando demonios.”
Él hizo un despliegue de poder que fue impactante.  La tragedia fue, de nuevo, que la gente se asombró siempre y se fue al mismo infierno que los aterrorizados demonios ocuparán eternamente.

Los demonios sabían quién era él y que no podían ser salvados. La gente no creía que Él era quien decía ser y no serían salvos. Lo que se necesita es una combinación de ambos. ¡Se necesita estar asombrado y aterrorizado. Asombrado por tal Salvador y aterrado ante tal juez.
Padre nuestro, vemos aquí una vez más la majestad de Cristo, que es a la vez  Salvador y Juez. Si Él no es el Salvador, Él es el juez. Nunca vamos a escapar de una confrontación cara a cara con Jesucristo, ya sea en la hora en que Él nos abrace en Su amor eterno y nos lleve a vivir en Su propio hogar preparado para nosotros, o cuando se enfrente con nosotros como nuestro Juez y verdugo y envíe a los impenitentes e incrédulos a un infierno eterno preparado para los demonios. La evidencia está. Los demonios lo saben. Puede que los pecadores lo sepan también. Sí, tenemos que ser sorprendidos por Él, sorprendidos por Su enseñanza, su claridad, su verdad, su poder. Hemos de ser aterrorizados por Su santidad, Su pureza y Su juicio.
Que tu gracia sea abundante para los pecadores este día. Traslada a las personas, Señor, desde el reino de las tinieblas, el reino de Satanás, al reino de luz, el Reino de Tu Hijo amado. Y que los pecadores que sólo se han sorprendido al oír hablar de Jesús sean aterrorizados ante la realidad de Su juicio y se arrepienten y pidan a gritos el perdón y la salvación. Te lo pedimos en Su nombre. Amén.