sábado, 15 de octubre de 2011

Busca a Dios violentamente, en oración - Autor: Paul Washer


Título en inglés: “Seek God Violently in Prayer by Paul Washer” (6:43 min puesto por sermonindex)

http://www.youtube.com/watch?v=dtkF0PhdzY4

… es comunión.  Pero, creo que la mayoría de los cristianos hoy, … tienen un nivel de … expectativas, en cuanto a comunión, tan bajo … tan bajo.

¿Cuántos de ustedes han pasado … semanas en oración, meses en oración … más de un año en oración, orando tal vez una hora, hora y media, dos horas diarias, clamando … lo que Moisés dice aquí? [Éxodo 33]
‘Dios, no me importa … no me importa si soy un gran predicador, no me interesa ser conocido, … tengo que tenerte a Ti, o moriré’.  Sabiendo que, ¡SÍ!, eres/estás regenerado; ¡SÍ!, el Espíritu de Dios habita dentro de ti … pero que quieres más de Él.  Simplemente lo quieres a ÉL.  No quieres un ministerio; no quieres conquistar esto; no quieres que se te conozca por esto; solamente lo quieres a Él.  Vas a estar contento(a) de/Estarás feliz con decirle: ‘Dale cualquier otro don a cualquier otro amigo que me rodea, pero, dame esta SOLA cosa a mí, aun cuando mi nombre perezca y nadie jamás lo recuerde, ¡dame esta sola cosa!: ¡Conocerte a Ti! ¡Tener comunión contigo, caminar contigo!’

Creo, ¡SÉ!, que cuando una persona pone sus ojos en una base bíblica del conocimiento de Dios … Y, busca a Dios con violencia … en oración: ‘Tengo que tener más de Ti! ¡Tengo que experimentar más de Ti! ¡Debo conocer más de Ti!’, que Dios va a honrar eso.
Pero, se trata de perseverar; es [como] tratar de alcanzar un ciervo/venado muy, muy veloz.
No crean que van a poner su pie en el bosque y que en el preciso momento que lo hagan van a obtener su premio. Sino que es resistiendo/permaneciendo.  Es buscándolo a Él en oración … incluso en la flaqueza de nuestra oración.

Cuando … cuando llegué a ser cristiano, salía y trataba de predicar en la calle … no hubo nunca, sólo … siempre tenía miedo, nunca hubo audacia, no había nada.  Sólo deambulaba y esperaba tropezar /toparme con alguien.
Y … en esa época de mi vida alguien me había regalado varios libros, libros muy peligrosos; por ejemplo, Leonard Ravenhill, la autobiografía de George (Jorge) Muller … libros acerca de Hudson Taylor.  Empecé a mirar a esos hombres y me di cuenta de que había algo diferente acerca de ellos.  Aunque, a veces, su teología podía haber sido distinta entre ellos … tenían algo en común, que era asombroso: eran hombres de oración.  John Hyde, de India, lo llamaban ‘Hyde, el que ora sin cesar/parar’.  David Brainerd y las poderosas obras de Dios que vio en Nueva Inglaterra.  Todos estos hombres tenían una cosa en común: ¡(la) ORACIÓN! Algunos eran más reformados -como yo- otros eran más arminianos, pero tenían una cosa en común: ORACIÓN … ORACIÓN.  

Y entonces, con mi fuerza de voluntad, dije: ‘Dios, voy a meterme en este closet ahora mismo, y voy a orar hasta conocerte, o morir’.  Quince minutos después me quedé dormido.  A eso de una hora y media más tarde llegaron a casa mis compañeros de departamento y abrieron ese closet y me encontraron ahí durmiendo acurrucado, y me estaban mirando como … quiero decir, ¡definitivamente /sin duda alguna, un candidato a consejería!
¿Y saben lo que hice?  Llevé un reloj despertador a ese closet.  Porque, incluso hasta hoy, si no duermo harto, me esforzaré por ir a agarrar los cuernos del altar de Dios e interceder, y [sin embargo] voy a estar roncando a los veinte minutos, y dormiré toda la noche sobre mis /de rodillas y despertaré tullido.

Así que, tomé un despertador y lo ponía para que sonara cada quince a veinte minutos.  Y, a veces, si me quedaba dormido, éste me despertaba … simplemente una hora o algo así, hora y media … dos horas … cada noche … .  ‘Dios, han pasado catorce meses … trece días … No Te conozco exactamente como/en la forma en que quiero conocerte.’

Pero, finalmente … Dios bendice un esfuerzo como ése.  Y Él llega a ser … más real para uno … Su Presencia, más estabilizadora que ninguna otra cosa que alguna vez uno se pudiera imaginar.  No permitan … que herejes los asusten tanto, que nunca vayan tras su herencia.  Me entristece mucho escuchar a creyentes - y creyentes sinceros- decir algo como esto: ‘¡Oye! /¿Sabes? /¡Qué me gustaría haber vivido en los tiempos de Moisés!, quiero decir, cuando Dios verdaderamente HACÍA algo/cosas’
Entonces vas y dices: ¡Espera un poco! ¡Estamos en el Nuevo Pacto! ¡Este es el fin de los tiempos!  Quiero decir, todo nos corresponde a nosotros.  Bueno -de nuevo- quiero decir esto, porque debo hacerlo.  Mucha gente habla de esta manera, ¡la gran mayoría de los que hablan acerca de lo sobrenatural hoy en día es ... es aterradora!, su teología.  No estoy hablando de este … este … del circo que se está llevando a cabo en el nombre del Espíritu Santo, pero no voy a permitir que ellos me arrebaten/roben lo que sé que es la Presencia de Dios.


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