lunes, 25 de abril de 2011

UNCIÓN - Autor: Leonard Ravenhill


Título en inlgés: "Anointing" (7:00 min; puesto por illbehonest).

Conté una historia una vez.  Permítanme contarla de nuevo.
Había ido al estudio del Dr. Tozer un día, y él tenía un pedazo de papel que estaba acariciando.  Y dijo: “Len, prefiero tener este pedazo papel que una carta del  Presidente de los Estados Unidos.”
Y dije: ¿Por qué?.  
Y él dijo: Es de un hombrecito negro de África.  Su nombre es Dumas. D-U-M-A-S.
Él fue a una iglesia bautista una noche y el Señor vino sobre él y fue maravillosamente salvado. Y cuando llegó a la puerta el predicador dijo: ‘Bien, es un agrado verte. Espero que vuelvas otra vez.’
Él dijo: ‘Sí.’
¿Hay algo que pueda hacer por ti?
Y él dijo: ‘Sí, sí, sí señor.  Hay algo.’
Él dijo: ‘eh, ¿qué?’
‘Deme una iglesia.’

¿Qué dijiste?
Él dijo: ‘¡Deme una iglesia! He estado buscando toda mi vida lo que encontré en ese altar. Dijo: Escuche, soy un hombre nuevo. Mi carga se fue. Sentí los grilletes romperse. Sentí la carga salir de mi espalda.  Sentí algo surgir haciéndome puro y hermoso. Quiero decir a todos, ¡dénme una iglesia para predicar!’
Ah... eh ... bueno... ¿tienes una educación formal?
‘No’ 
¿Has estado en una escuela bíblica?
‘No’ -Bueno, eso  era una ventaja, si él tan sólo lo hubiera sabido-.
Y no has ido a la escuela bíblica... y entonces... eh... Finalmente, el predicador dijo: Ah, este... sólo sigue viniendo.
'Pero, caramba -dijo él- esto es increíble. Escuché predicar sobre ser una nueva creación y ocurrió en mi vida. Soy una nueva creatura, las cosas viejas pasaron, ¿sabe que no tengo ningún deseo?… no tengo apetito, todo es nuevo: quiero a Dios, quiero a Dios, ¡quiero a Dios!'.
Y, el predicador por lo menos fue sincero. Dijo: 'Sabes, yo solía ser así, solía serlo. Sabes, estás tan seguro que eres pueblo escogido de Dios y antes que pase mucho estás tan seguro que eres pueblo congelado de Dios.'

El  hombrecito negro salió.  Volvió un mes después.
El predicador estaba predicando, y cantando. 'Bueno, ¿quién es aquél tipo? ¡Ah !  Sé quién es, sé quién es, pienso que sé quién es.' Y saliendo preguntó: 'Hola hermano, ¿cómo estás?'
Y él dijo: 'Bien.'  Y dijo: 'Eh... me gustaría hacerle una pregunta.'
Adelante, dijo el predicador.
Él dijo: '¿me daría una iglesia?'
Sí, pensé que lo preguntarías amigo... eh,  bueno, sólo has estado en la iglesia dos veces, ¿y  pides una iglesia?… ¿Piensas que tengo un bolsillo lleno de ellas o algo así. Acá hay una para ti, acá otra para...
Él dijo: Está en lo cierto, no he estado acá por un mes. Cuando usted me dijo en la puerta... este... si me vería otra vez, señor, yo caminé por aquel camino fuera de la ciudad.  Encontré un bosque, entré en el bosque.  Encontré un sendero, encontré un arroyo, encontré un hoyo en la pared, y puse una marca en la pared y me quedé allá 21 días y 21 noches con mi Biblia.  Y dije: Señor, tú y yo, sólo nosotros dos, vamos a solucionarlo. ¡O saldré por esa puerta con la seguridad que soy llamado al ministerio o saldré y diré: nunca me tendrás para predicar, una de dos!' 
Y dijo: no comí pan, no hablé con nadie, me lavé la cara en el arroyo.  Y justo en el medio de los 21 días el Espíritu Santo vino sobre mí, y dijo: ‘te he llamado para predicar y cuando pongas las manos sobre los enfermos, ellos sanarán.'  ¡Adelante!, ¿me dará usted una iglesia?.
Bueno, eh... tenemos una reunión de ancianos el miércoles en la noche.  Podrías volver el domingo.

Y los ancianos lo discutieron y dijeron: Sabes, él es un poco loco.  No te librarás de él. Bueno, tenemos una pequeña iglesia hacia el otro lado de la ciudad.   Y, ¿saben?, una choza, ¿por qué no dársela a él?.   Sólo hay 5 miembros. Y, saben, él es ignorante y vulgar, y su gramática no es buena... él, no puede arreglárselas con el texto muy bien, él no podría… todo lo que haría sería malograrlo.  Y... no querrán escucharlo después de unos días, unas pocas semanas y la cerrarán y diremos:  '¡Ves, no estabas llamado!

¿Por qué Tozer estaba leyendo ese papelito sobado y con las esquinas dobladas -y Tozer… ¡él es tan emocional /emotivo como un escarba dientes!- y besa el papel y dice:  ¡prefiero tener esto que una carta del Presidente de Estados Unidos! Y dice: ¡por fin tengo una carta del hombre del que tanto he escuchado hablar!  ¡Dumas, el hombre que ellos enviaron afuera de la ciudad, el hombre al que ellos pensaron que le romperían el corazón con 5 personas de color!  Ahora, él tiene una de las iglesias más majestuosas en la ciudad de Durban. Creo que ahora 1.200 personas lo escuchan ministrar cada Día del Señor. La pequeña iglesia que lo juzgó sigue siendo una  iglesita reducida.

Pero escuchen, amigos.  ¿El secreto es que él estuvo en la cueva por 21 días y dijo: 'Señor, en la luz de la eternidad, estás hablando a este corazón mío, me vas a decir una de dos cosas: si estoy ungido para predicar, o si no'?

¿Alguna vez hiciste eso, predicador? ¡Es duro!  ¡Ese no es el secreto! 
Según recuerdo, la historia dice que él entró en aquella cueva el 17 de noviembre.  Y cada año, por más de 15 años seguidos, cuando llegaba el 17 de noviembre él daba un beso de despedida a su esposa e hijos.  No creo que haya besado a los diáconos, pero él decía adiós a los diáconos, y regresaba a la cueva y se quedaba 21 días y 21 noches.
No muchos predicadores pueden decir “Amén” a eso.  Mejor que no lo hagan, porque algunos de ustedes no se atreven.  Veintiún días para renovar su fuerza, 21 días para renovar su visión, 21 días para renovar su unción.
Cada año él ha tenido un nuevo consejo de Dios, nuevas revelaciones de Dios, nuevas unciones de Dios. 
No hay tal cosa de uno ser lleno del Espíritu Santo y que va a durarle de acá a la eternidad. No creo en eso.  ¿Crees en eso hermano Merril? No, señor.
¡Hay unciones repetidas y hay tiempos cuando Dios se distancia y te hace sentir como si estuvieras cayendo en las profundidades del  infierno!  ¡Él te dejará solo, para ver si vas a  luchar por Su unción o si seguirás en tu propia elocuencia y habilidad!
¡El Señor Tu Dios es un Dios celoso!


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