jueves, 21 de abril de 2011

No me avergüenzo del VERDADERO Evangelio

http://www.youtube.com/watch?v=vwpm1G5pVho


Título en inglés:  "I Am Not Ashamed of the TRUE Gospel" (10:53 min, puesto por LaneCh).

Ángeles farfullan (hablan rápida y atropelladamente) Señor, cuando intentan describir lo que ha hecho Tu Hijo.  ¡Ah, las profundidades de la Sabiduría de Dios! Que Él convocara a hombres  falibles, con un lenguaje escaso/pobre, para hablar cosas que las lenguas de los ángeles no pueden declarar. ¡Ah Dios!, a causa de esto, ayúdame este día. En el nombre de Jesús.  Amén.

Porque no me avergüenzo del evangelio”.  La carne de Pablo tenía razones de sobra para avergonzarse del Evangelio, porque él predicaba el verdadero. Vivimos en un tiempo donde pensamos que, para ser relevantes a nuestra cultura, debemos ser como nuestra cultura. Vivimos en un tiempo donde pensamos que, para que el evangelio sea relevante, debemos -de alguna forma- adaptarlo a la cultura, ¡y nada en la faz de la tierra o en las entrañas del infierno puede estar más lejos de la verdad! Somos relevantes no porque somos como nuestra cultura. Somos relevantes porque somos absolutamente diferentes. Y nuestro evangelio tiene poder no porque es aceptable a hombres carnales. Nuestro evangelio tiene poder porque es un ESCÁNDALO para los hombres.
Pablo no está avergonzado de este Evangelio; sin embargo, su carne tenía razones de sobra para estarlo.
Imaginen por un momento.  No estamos hablando de un hombre que entra en el contexto del *Cinturón Bíblico.  Estamos hablando de un hombre que entra en el contexto de la mitología judía... de la filosofía griega.  
Cada concepto de la filosofía griega, cada concepto que los judíos tenían acerca del Mesías contradecían al Evangelio de Jesucristo. Cada vez que Pablo el apóstol se paraba, parecía ser nada más que un loco de atar ante los hombres carnales.

Y cada predicador que alguna vez fue eficiente y capaz -desde ese día- ha tenido el mismo rótulo sobre sí.
G. Campbell Morgan, cuando se subía a la torre de Westminster a predicar, siempre decía que citaría el versículo: Como cordero que es llevado al matadero, y como oveja ante sus trasquiladores" (Isaías 53:7)  ¿Por qué? ¡Él sabía que, a menos que Dios  se moviera a su favor con este Evangelio del querido Hijo de Dios, no pasaría absolutamente nada!
Pero no vemos poder como ése, hoy. ¿Por qué? Porque apoyamos un evangelio con las estratagemas carnales de los hombres. Removemos el escándalo, ¡en el nombre del amor! Como si tuviéramos una sabiduría más grande que la de Dios para retorcer Su evangelio aquí y allá, para que pueda ser más apetecible /agradable a los hombres.
El evangelio de Jesucristo.  
La carne tiene todas las razones para avergonzarse de él. Pero en eso radica el poder. Todo acerca del Mesías de Dios contradecía todo lo que esos hombres creían acerca del Mesías. Todo acerca de la salvación de Dios contradice absolutamente todo lo que los hombres creen sobre cómo la salvación debería ser ganada y qué forma debería tomar. Y, a menos que nos demos cuenta de eso, no tendremos evangelio aquí en esta iglesia. No tendremos poder y no veremos conversión verdadera. Debemos estar deseando unirnos a nuestro Maestro en ser un escándalo. Que prediquemos a Cristo crucificado de tal manera, que sea para exaltar al Dios todopoderoso y para humillar a los hombres. Tanto, que al aprender a despreciarse a sí mismos, ellos estimen el Evangelio y sean salvos.
La peor cosa que alguna vez le pudo pasar a un predicador -y la peor cosa que alguna vez le pudo pasar a una iglesia- es transformarse en civilizada y respetable. Porque en eso no hay poder. 
Somos peregrinos. Somos extranjeros. Somos torpes. Somos desplazados. No encontramos hogar acá, ¡ningún lugar dónde encajemos debidamente, porque tenemos una ciudad cuyo Constructor y Hacedor es Dios! 
Y nuestro trabajo es tomar un evangelio tan encubierto por los diseños de los hombres que ya no tiene poder alguno.  Es nuestro trabajo remover toda esa vestidura defectuosa y predicar los elementos básicos de un evangelio que no es nada más que un escándalo. Pero en ESO, veremos el PODER de Dios.

Ahora, miren el evangelio que tenemos hoy.  Sólo déjenme poner este evangelio ante ustedes:  El evangelio de "las 4 leyes"; el evangelio de "las 5 cosas que Dios quiere que sepas"; el evangelio de “Cómo llegas al cielo.” 
Es algo como esto:
¿Sabes que eres pecador?
Y si la persona dice: “Sí”
Entonces el próximo paso: "¿Te gustaría irte al cielo?"
Si dicen “Sí”, el próximo paso.
"Bueno, entonces, repite esta oración."
Y si ellos repiten esa oración, entonces el próximo paso:
"Bien, ¿te salvó Dios?"
Y generalmente la respuesta es algo así: "No sé."
Entonces el testigo por Cristo dice: "Bueno, ¡claro que te salvó! ¡Si no te salvó, Él era un mentiroso, porque Él dijo que si abrías la puerta y lo invitabas Él entraría, y Él no miente!"

Y exactamente aquí está la razón por la cual la gran mayoría de las organizaciones evangélicas hoy están llenas con personas perdidas.  Ahí mismo.
Ahora, vamos a ese escenario por un momento.
"¿Sabes que eres pecador?"
Y algunas veces decimos -ustedes saben- no queremos ser demasiado serios acerca de todo esto.
"Tú sabes que todos son pecadores, ¿verdad/no es así ?

Mi madre fue diagnosticada con cáncer. Mi suegra recientemente ha sido diagnosticada con cáncer. ¿Que pensarías de un doctor que caminara hacia ambas y dijera: "¡Bueno, ustedes saben que tienen cáncer!, ¿no es así/verdad?"  
La forma en que hablamos sobre el pecado traiciona nuestra ignorancia de la absoluta devastación del asunto. 
Les hablamos a los hombres sobre el pecado, ¿qué hay de malo en ser solemne?
Vivimos en una era tan banal y todos marchamos en una feria de vanidades, donde todos quieren vestir colores brillantes e ignorar el hecho de que cada quien marcha hacia un despeñadero rumbo a una destrucción eterna. Las sociedades como las conocemos -el occidente- se están despedazando ante nosotros, y aún así elegimos ser banales, frívolos y "felices".
La verdad es que el hombre está contrahecho y arruinado/acabado, y muerto. El hecho es que un juicio está viniendo. El hecho es que todo lo que podemos ver será derretido como con fuego.
Y entonces miramos a los hombres y decimos:
"¡Sabes que eres  pecador!, ¿verdad?".
Y, comúnmente, hasta diríamos esto, porque se nos ha enseñado así en el Seminario. Decimos: "Bueno, tú sabes que TODOS somos pecadores".  No queremos sólo decir "tú", porque no queremos que te sientas aislado y culpable tú solo. Yo sí quiero que te sientas culpable y aislado tú solo. Porque sólo así llegarás a ver tu necesidad de Cristo.

"¿Sabes que eres pecador, verdad?" Y si ellos  dicen "Sí", seguimos. Ahora, volvamos atrás. 
Si alguien dice "sí" a la pregunta "¿sabes que eres pecador?", ¡no significa absolutamente nada!
¡Anda a preguntarle al diablo!: "¿Sabes que eres un pecador, ¿no es verdad?".

Él dirá: “Sí, de hecho lo sé y ocurre que soy justamente el mejor.” 
La pregunta NO es: "¿Reconoces que eres pecador?".  
La pregunta es ésta: "Ya que me has escuchado predicando el evangelio: ¿Dios ha hecho una obra tal en tu corazón que el pecado que antes amabas ahora detestas?  ¿Y la justicia que antes odiabas e ignorabas, ahora deseas? ¡Esa es la pregunta! 
Todos saben que son pecadores. Es sólo que no se dan cuenta de cuán atroz y terrible es eso. Tampoco quieren dejar aquello que eligieron beber hasta acabar /aceptar sin cuestionar, como si fuera agua.
Así que, como ven, la pregunta no es: ¿Reconoces que eres pecador?. 
La pregunta es: "Señor, como le he estado hablando -o quizás es un discipulado de larga duración durante un lapso de tiempo- "Señor, como he estado compartiendo con Ud. y discipulándolo, ¿qué ha hecho Dios en su corazón?"
¡Las personas vienen a mí todo el tiempo y dicen: “Tengo una nueva relación con Dios”! 
Y digo: ¿Tienes una nueva relación con el pecado? Porque si no tienes una nueva relación con el pecado, no tienes una nueva relación con Dios.

Entonces, en realidad no es: "¿Sabes que eres pecador?". 
Es: "Señor, usted es un pecador. Ahora, déjeme ir a la Escritura y explicarle lo terrible que es esa afirmación. Y en el aterrador aprieto que está usted ante un Dios amoroso."
Pensaste que iba a decir "Dios justo". Bueno, no es sólo Su Justicia y Su Santidad las que provocan Su Ira.  También es Su Amor.

*Tomado de Wikipedia en español: Cinturón bíblico o Cinturón de la Biblia (en inglés, Bible Belt) es un término coloquial utilizado para referirse a una extensa región de los Estados Unidos donde el cristianismo evangélico tiene un profundo arraigo social, 

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